1. m) Alex, el misterio


    Fecha: 03/07/2017, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    Continuación de: Cumpliendo mi trabajo
    
    Tuve que ser yo el que desviara la mirada de aquellos ojos asombrados y hablarle a Juan despidiéndome.
    
    -He terminado por hoy, no se le olvide el recado para Davy si llamara por favor. -no supe quien era esa persona, Juan no la presentó y era lógico, pero él lo conocía ya que siguieron hablando cuando me alejaba.
    
    Había buscado la forma de utilizar el transporte público, la parada de metro estaba a menos de quince minutos andando, aunque al final del trayecto debía coger un bus o ir andando hasta mi casa y a eso estaba acostumbrado. Ahora debía mirar mis gastos, ya no era Davy el que me pagaba el viaje.
    
    Había pocos viajeros a esta hora y pude sentarme sin dejar de dar vueltas en la cabeza de donde podía haber visto a aquel chico, o buscar a quien me recordaba.
    
    Ya tenía claro a quien se refería Davy al murmurar aquel nombre mientras me follaba y se corría en mi culo la primera vez. No podía tratarse de otro, aquel Alex era este hombre, por eso le gustaban tanto mis ojos a Davy, le recordaban los de éste muchacho y era seguro que tuvo algo que ver con él.
    
    Dejé de pensar al llegar a mi parada y tener que bajarme para hacer el recorrido que me faltaba andando. Noté la cara de satisfacción en mi padre al tenerme con él. Se había duchado y cambiado de ropa, llevaba puesta una camisa arremangada que apretaba sus bíceps desarrollados por el rudo trabajo, iba sin abotonar enseñando el abundante vello negro del pecho y abdomen ...
    ... y un pantalón corto que también le quedaba pequeño.
    
    Tuve que apartar la mirada para que no me sorprendiera mirándole tan descarado y detenidamente, lo comparaba con Óliver, y era su vivo retrato salvando la edad y el que los rasgos de mi hermano eran más suaves.
    
    -Ayúdame, vamos a abrir una mesa en la entrada de la cocina y cenamos fuera. -al menos esto me distraía y dejaba de mirarle.
    
    No había mucho espacio cementado para colocar la mesa, pero solo éramos tres para cenar y resultaba suficiente, el sol no molestaba a aquella hora y se estaba más fresco a la sombra de la casa recibiendo el viento que llegaba del río.
    
    En la mesita extensible colocamos un mantel, aunque en casa solamente éramos varones, no por ello dejábamos de apreciar esos detalles que alegraban la mesa, mi padre tenía preparada ya la cena, a falta de aliñar la ensalada y freír las croquetas de jamón que a todos encantaban crujientes y sabrosas.
    
    Nos sentamos esperando la llegada de mi hermano para hablar de cosas intrascendentes. No me atrevía a pedirle que me dejara salir la noche de la fiesta a la que tenía que asistir como me pidió Guillermo. Adivinaba que la fiesta terminaría tarde, pero ya vería la forma de conseguir el permiso, aún no me habían comunicado el día.
    
    Óliver llegó sudando y después de danos un beso se puso a limpiar la bici del polvo acumulado en el trayecto, la cuidaba como si fuera una novia, estaba encantado con ella, le servía para ir al trabajo y hacer deporte como le ...
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