1. m) Alex, el misterio


    Fecha: 03/07/2017, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... recogí con la punta del dedo para llevársela a su boca. Me lamió el dedo metiéndolo entero y chupándolo.
    
    -Sabe rico, prueba tú ahora. -me incliné y le besé la puntita recogiendo con la lengua lo que le goteaba, ¡cómo me gustaba todo lo que le salía!, y el glande morado y gordo se veía apetecible, abrí un poco más la boca y engullí el glande retrayendo el prepucio con los labios y le di placer un minuto, luego lo saqué para meterlo a resguardo bajo la tela y me puse en pie.
    
    -Vamos a la cama. -apagué la tv y antes de que lo impidiera subía los crujientes escalones de madera intentado evitar que metieran el característico sonido.
    
    Entró en la habitación detrás de mí y me lanzó su malévola sonrisa, me sujetó de los hombros y sin darme tiempo a reaccionar me tiró sobre la cama. Caímos los dos abrazados, yo sujetándome de su cintura a la que me agarré en el último segundo.
    
    Creí que comenzaría a desnudarme y metérmela sin más, pero no, empezó a frotar su polla con la mía y me sentía feliz notando la envergadura y dureza de su verga, aplastándola a veces queriendo romper las telas que las separaban.
    
    Cuando se cansó se puso sentado en mi vientre ahogándome, subió el culo apoyado en las rodillas y se agacho para besarme la boca.
    
    -Y ahora vas a continuar haciendo lo que dejaste pendiente en la sala. -me descabalgó y saltó de la cama, se bajó los pantalones y ahí quedó, me baje y coloqué arrodillado ante su deliciosa verga que, ¡dios mío!, cada día veía más grande, ...
    ... crecía más que él dando sus últimos estirones.
    
    Se cogió la polla para empezar a masturbarse con una mano, y la otra la empleó en sujetarme la cabeza para llevarla hasta que el pené golpeaba en mis labios con su masturbación. Sabía lo que me estaba pidiendo y no me entretuve en más, cogí la verga y la comencé a dar lengüetazos uno tras otro y metí esa cosa tan rica en la boca.
    
    Sabía muy suculenta y aunque había comido mucha verga, ésta, y ahora, resultaba exquisita, cada vez que se la chupaba sabía mejor, mi hermano resultaba ya un vicio para mí como antes lo fuera J.C.
    
    Engolosinado chupaba y chupaba haciendo jugosos ruidos, y también le lamía los testículos, los saboreaba metiéndolos uno a uno en la boca para jugar con ellos y los subía para lamerle la ingle pasando las manos por el redondo culito algo peludo.
    
    Cuando pasaba la lengua a lo largo de la barra de caliente carne, de abajo arriba, subía hasta el ombligo lamiendo los pelitos que se escondían en él. Óliver no dejaba de gemir roncamente como un machito recibiendo las atenciones de su hembra.
    
    -Dale, dale Alonso, ¡qué bien chupas! -y entonces dejaba de chuparle el capullo para evitar que se corriera tan pronto, aprovechaba esos momentos para volver a los huevos y disfrutar de sus muslos y las nalgas pasando las manos por ellas. Resultaba una delicia, para él y para mí.
    
    Oliver aprovechaba cuando dejaba de mamarle la polla para agarrarla y golpearme con ella la frente mientras le lamía los huevos. Me sentía ...
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