Reencuentro (con versión en película)
Fecha: 22/12/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: GabrielledelD, Fuente: CuentoRelatos
... pasa algo?
―nunca me dijiste que veíais aquí a hacerlo.
―¿Dónde si no? Yo vivía con mis padres. Esto era el único sitio que teníamos.
―Jim, solo te he dicho que no me lo dijiste nunca.
―¿Pretendes que te diga todos los sitios donde me he tirado a otras antes que a ti?
―yo no te he dicho eso. Además, que yo sepa tú nunca te me has tirado.
-¿Pues entonces qué pretendes?
―nada Jim, dejémoslo.
Entra Ana inesperadamente. Es el único baño y no tiene cerradura. Roser todavía está desnuda.
―perdón, pensaba que ya estabais...
Roser sin inmutarse ni hacer ningún ademán de esconderse contesta.
―pasa, no te cortes. Puedes cambiaste sin vergüenza. Total, ya nos hemos visto en pelota picada los tres.
Jim sale bastante molesto.
-¿Le pasa algo?
Roser sin prisas por ponerse el bikini.
―nada, no te preocupes.
―Ana se quita los cortos vaqueros y el top. Se pone solo un minúsculo tanga. Mira a Roser, ya con la braga y a punto de ponerse el sostén.
―sabes una cosa? Sigues teniendo el pecho más bonito que he visto en mi vida.
―eso es que has visto pocos Ana.
muchos más de los que tú te crees. Ah, y no me olvido de la peca más sexy.
Y es que si vestida, Roser es muy atractiva, desnuda rompe moldes. Sus pequeños y puntiagudos pechos son un imán para la vista, pero que se pierde en múltiples atractivos: un vientre liso, una piel clara, unos muslos turgentes, un pubis ligeramente abombado coronado de unas sombras tornasoladas de vello ...
... rojizo. Una peca bien visible se sitúa junto a un ombligo que podría calificarse como elegante. Roser no sabe que Ana está empezando a mojar el tanga, pero aun sabe menos que Ana está percibiendo inicio de olor a hembra excitada. Unos segundos más tarde sus pezones la delataran, cosa que no desea que ocurra de ninguna manera, así que rápidamente se pone el suje.
―y que más...
―¿me estás tirando los tejos, Roser?
―¿Te he dado esa impresión?
―no lo sé, dímelo tú.
venga, vamos. No quiero que Jim se mosquee todavía más.
Gotas de sudor perlan su cuerpo, y no de calor precisamente, cuando Roser sale al exterior. Unos minutos más tarde, ya en la playa, Jim, Roser en bikini y Ana en topless están tumbados en hamacas.
―voy a darme un baño. ¿Alguien me acompaña?
―yo voy contigo.
―a ver quién llega antes a aquellas rocas. ¿No vienes, Jim?
―no gracias, id vosotras.
―venga Jim, anímate.
―no Roser, no me apetece. Ya lo sabes.
―en fin... Te voy a ganar.
Las dos chicas nadan hasta el saliente. Detrás hay una pequeña cala. Roser ha llegado la primera. Se gira mirando atrás. Ana llega justita de fuerzas.
―¿Ves? Te gané.
―uff, sí. Es que la mala vida hace estragos.
―Ana, ¿Por qué no dejas el tabaco de una vez?
―porque soy una viciosa. Oye que sitio más guay.
―sí. Vengo aquí muchas veces a tomar el sol. Solo es accesible por el agua.
―No te acompaña Jim?
―no le va nadar. Oye, yo voy a solearme un rato.
Roser se quita el bikini y se ...