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Reencuentro (con versión en película)
Fecha: 22/12/2017, Categorías: Confesiones Autor: GabrielledelD, Fuente: CuentoRelatos
... tiende sobre la arena. Ana se quita el tanga y se tumba a su lado. ―oye Ross, ¿por qué está mosqueado? ―está raro desde que llegaste. Si no lo conociera pensaría que tiene celos. ―me considera una rival... Qué lujo. ―es que también yo estoy un poco borde, la verdad. No le ha sentado nada bien que le echara en cara porqué nunca me había dicho que veníais aquí a follar. ―ya. ¿Solo eso? ―no lo sé. Solo él sabe lo que pasa por su cabeza. ―como siempre. Oye, me preguntaste antes porqué pensé que me tirabas los tejos. ¿Quieres que te lo diga? ―dímelo... ―te has estado exhibiendo desde que entré en el aseo. Me traes a un sitio donde sabes que estaremos solas. Sabes de sobra que te deseo todavía... Tú no eres así. ¿Qué quieres Ross? ―digamos que hay veces que me gusta jugar con fuego. ―Ross, lo malo de jugar con fuego es que puedes quemarte. ―lo malo o lo bueno, ¿no? ―¿Has jugado antes con fuego? ―¿La verdad? Una vez. Con Jim. Fuimos a un local de intercambio de parejas. Lo hicimos con una chica. Su marido miraba. interesante, pero ahora no está Jim. Es la frase que Roser esperaba oir. No es una mujer sagaz como Ana. Su ingenuidad le impide darse cuenta que Ana la desea con todas sus fuerzas, pero a Ana le gusta el juego. Hace rato que ha visto endurecerse los pechos de Roser y crecer sus pezones. Ahora se da cuenta de lo que es inevitable. ―te has vuelto prudente Ana? ―lo quieres hacer por lujuria o por despecho? ―por ...
... ambas cosas. ―sabes que me muero por follarte verdad? Y yo de que lo hagas. Pero quiero como tú sabes. ―no he traído material. ―una rama servirá, ¿no? ―tendrás que dar muchas explicaciones. ―tendremos... Casi tres cuartos de hora más tarde volvieron nadando a las hamacas. El día toca a su fin. Ana se ha quedado fumando, disfrutando de la calidez de la noche. Dormirá en una pequeña estancia, en un sofá. En el dormitorio de la casa. Roser y Jim están en la cama. Silenciosos y serios. ―me ha llamado Luisa, hay un problema en el laboratorio. Mañana me acercaré. Espero volver para comer. ―¿No se lo dices a Ana? ―no creo que quiera volver por allí después de la última vez. ―ya. Pues nada. ―¿Te molesta quedarte solo con ella? ¿No crees que estás un poco susceptible? ―no fui yo quien se mosqueó ayer con la mierda de contar mis aventuras sexuales con ella. ―mira... Es igual. Buenas noches. Roser espera a oír roncar a Jim. Esta vez no le molesta. No se atreve a salir a buscar a Ana. No desea una escena que ponga peor las cosas, pero está caliente recordando lo sucedido esta mañana. Su dedo medio juguetea con sus pelillos púbicos bajo el elástico del minúsculo pantalón del pijama. Roza su puntito y casi inmediatamente tiene que reprimir un hondo gemido. Se corre en segundos y cae dormida. Son las 11 de la mañana. Terraza de la cabaña. Bajo un parasol Jim está desayunando. Aparece Ana. ―hola, buenos días. ¿Y Roser? hola Ana. La han ...