ORGIAS EN AFRICA CON MI AMIGA ANA - Relatos Eróticos

ORGIAS EN AFRICA CON MI AMIGA ANA

Con mi amiga Ana ya habíamos viajado una vez a Cuba (lean Orgía anal en vacaciones) y otra al Punta del Este. Por cuestiones de trabajo actualmente y distancia de donde vivimos compartimos pocos momentos, pero muy intensos; decidimos hacer un viaje a conocer otras personas, y que nos permita dar rienda suelta a nuestras locuras.
Como yo la inicié en la zoofilia, también tenía su perro para satisfacerla, pero su punto débil era su poca dilatación durante el sexo anal, por lo que disfrutaba solo con vergas chicas a normales. Y su culo era al mejor estilo JLo, grande y muy bien formado, por lo que todos los hombres se lo querían partir al medio.
Elegimos un rumbo no habitual, Mozambique, Zambia y Tanzania para visitar las reservas naturales.
Empezamos por Tanzania, luego Zambia y terminamos en Mozambique. En los dos primeros países el turismo estuvo bueno, pero buscábamos poder soltarnos más, cosa que no nos sentimos cómodas de hacer, por lo que durante esos 10 días solo cogimos de manera ocasional con algún hombre que encontráramos en un bar o con los empleados del hotel que nos alojáramos. Nos sentíamos inseguras y con miedo de que nos pasara algo malo.
Pero en Mozambique fue diferente. Mejor comunicación con la gente del lugar, más amigables. Por lo que buscamos un mapa ya que los celulares funcionaban a medias, alquilamos auto y salimos a conocer por nuestros propios medios. Con la excusa de conocer la vida de campo llegamos a una aldea donde la mayoría eran hombres que ...

... trabajaban en una plantación de té. Solo unas cuantas mujeres que se encargaban de cocinar, todos eran gente joven, esto porque era un proyecto privado bastante nuevo y tomaron gente del lugar.
Nos aceptaron para quedarnos unos días, por la mañana temprano acompañábamos a los hombres para ver como comenzaba la rutina, para luego regresar a ayudar a las mujeres que estaban a unos 500 metros más abajo en las casas prefabricadas provistas por la empresa, solo tenían como un salón comunitario hecho al estilo de ellos. Por la tarde compartíamos con ellos y nos bañábamos en la cascada que estaba muy cerca de la aldea, solo por placer ya que las casas estaban completas y tenían baños terminados. La primera vez nos bañamos igual que ellos, con ropa encima, pero para el segundo día nos colocamos nuestros trajes de baño para que terminen de ver toda la carne que tenían a disposición. Se dieron cuentas lo putas que somos así que esa misma noche ya tuvimos visitas en nuestra carpa de 4 de los más viejos de esa aldea, que seguían siendo tipos de no más de 50 años.
Sin preámbulos, los recibimos con mucha simpatía, nos comunicábamos muy bien en portugués así que fuimos a los bifes como decimos por estos lados. Uno de ellos encabezó la charla diciendo que ellos traían lo que nosotras estábamos buscando, de inmediato se bajó el pantalón para liberar su hermoso rabo negro ya bastante tieso.
Ana sin perder tiempo estiró su mano y lo empezó a pajear mientras que los otros hicieron lo mismo y ...