1. Una para todos


    Fecha: 24/12/2017, Categorías: Sexo Virtual, Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... avergonzaría.
    
    —¡Papá ni que su chingada madre! ¡Eres mi pinche perra ahora!
    
    —siiii
    
    —¡No la escuche chamaca pendeja! ¿Grítelo para que lo escuche ese pinche escuincle caguengue!
    
    —Soy… soy… tu…
    
    —¡Fuerte hija de su puta madre!
    
    —¡Soy tu puta! Haaaa!
    
    Estaba a punto de llegar al orgasmo. Y la barba de su padre rozando su espalda la estaba volviendo loca.
    
    —¡Ahora a mamar una verga de a de veras!
    
    La acostó boca arriba, con la cabeza colgándole al borde de la cama y le metió la verga en la boca, solo eso bastó. Fernanda parecía poseída y trataba de meterla mayor cantidad de verga en su boca. Mientras su padre buscaba con la lengua el sexo de su hija para sentir en sus labios el sabor de aquella panochita. Ahora eran uno. Y no parecía que tuvieran ganas de separarse. Pero Don Antonio sabía que estaba a punto de soltar unos buenos chorros de leche. Saco su verga justo cuando sintió los espasmos y los chorros de semen chocaron contra la hermosa cara de su hija.
    
    —Soy tu puta… soy tu pinche putita… quiero ser tu puta! ¡Dame tu leche papi! ¡Dale su lechita a la nenita!
    
    La sonrisa en los labios de Don Antonio denotaba una alegría pura. Y ella seguía repitiéndolo como un mantra. El semen escurría por su cara y en su boca, pero no impedía que ella siguiera repitiéndolo.
    
    —Mi amor, tu papá está loco. Me obligo a quedarme afuera.
    
    Una lamentable imagen de Ricardo se asomó en la habitación, pero Fernanda tenía claro lo que quería.
    
    —Quítame estas cosas y ...
    ... por favor vete.
    
    Le dijo mostrando las esposas de juguete que le mantenían las manos en la espalda. En cuanto sus manos estuvieron libres, abrazo a su papá. Y busco la verga que le había dado tanto placer para seguir estimulándola.
    
    —¡¿amor?!
    
    —Vete.
    
    —Pero…
    
    —Ya la escuchaste.
    
    Don Antonio le puso su ropa en las manos y lo llevó a la puerta. Cuando camino de regreso, Fernanda estaba con las piernas abiertas y sobándose en clítoris.
    
    —¡Quiero más!
    
    —¡Pequeña puta de mierda!
    
    Fernanda se arrodilló y con sus dedos fue jalando todo el semen de su cara y lo tragó. La imagen de su hija logró bombear sangre y una erección apareció lentamente. Ella le besaba los guevos y recorría con su legua, hasta que metió en su boca por completo la verga de su padre. Y sintió como le jalaba la cabeza, cuando abrió los ojos sus miradas se encontraron.
    
    —¡¿Quieres que use preservativo?!
    
    Estaba claro que Don Antonio quería sentir a su pequeña. Fernanda sin dejar de mamar negó con la cabeza. Papá le tomó el pelo y la llevo a gatas hasta el sillón. Cuando él se sentó, Fernanda se montó frente a él. Dejando que la lengua de papá chupara sus tetas, mientras ella tomaba ritmo cabalgándole.
    
    —¿Te gustan mis tetas papi?
    
    —¡Estas bien pinche sabrosa! Más que tú madre cuando era joven.
    
    —¿Voy a ser tu puta.
    
    —¡Ya eres mi puta! Y vas a seguirlo siendo siempre.
    
    —¡que riiico! Siiii
    
    —Me vengo! Me vengoooo!
    
    —Si papito siiii siiii papi papi!
    
    Una nueva carga de semen ...
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