1. Sandia grande no come sólo. 2.


    Fecha: 08/12/2020, Categorías: Transexuales Tus Relatos Autor: Gozadera Oculta, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... nuestro uber habitual, y en el camino no hicimos mención al día anterior, me veía con morbo, se tocaba por encima del pantalón mientras me veía y salvo algunos malos chistes de que no le fuera a manchar el asiento de nuevo, todo transcurrió ordinario. Llegamos a un viejo teatro, se veía abandonado, casi en penumbra. Carolina, me ordenó que me quedará con el chofer en el lobby y fuera "amable", él se sentó en una escalera y se puso junto a mi culo, diciéndome: vaya, pero si la putita está más linda que nunca, mientras acariciaba mis piernas desde la parte trasera de la rodilla, hasta mi culo, magreando mis muslos y jugando con ellos; yo sólo le sonreí, más incomoda que satisfecha, el siguió tocándome, empujando mi culo para que rebotara y poniendo su cara enfrente para sentir el movimiento, yo sólo me agachaba un poco para que lo disfrutara más, aunque sucedió lo inevitable: comencé a ver como mi polla comenzaba a erectarse y marcarse por el frente de mi pantalón, el, al notarlo, me dijo vamos nena, siéntate, haciéndome señas para ponerme a su lado, no queremos que todo el mundo te note emocionada, al hacerlo, continuo manoseando mis muslos que le quedaban más cerca, apretando mis pantoriillas, y poniendo sobre su pierna una de mis piernas al tiempo que acariciaba mi polla, mientras tanto, imagine lo rico que se vería la escena y comencé a acariciar una de mis tetas, mientas con la mano que estaba más cerca de él me recargaba en el piso para que tuviera cancha abierta a ...
    ... manosear mis tetas, el estaba a punto de poner su cara en medio de ellas, cuando Carolina me grito -Anastacia, se una buena niña y ven para acá.
    
    El teatro lucia en completa penumbra, al centro del pasillo de butacas a ambos lados, se podía ver en el escenario a media luz, una silla similar a un trono, un negro como 1.90 con el bello recortado muy corto, pero que le cubría todo el cuerpo, extremadamente musculoso, orgulloso, con una seguridad inaudita para alguien que está completamente desnudo en ese contexto, era imposible no ver su verga, venosa, negra, sin prepucio, apunto de explotar, de no menos de 25 cm y gruesa como una lata de coca cola. Agazapada en el piso, sentada con una pierna encima de otra y recargada en la silla estaba mi novia, Carolina, semi desnuda, sólo con tanga, brasiere muchas tallas más pequeñas que el que le correspondería, desbordando sus tetas, con los tacones enormes y con una mano guardando el equilibrio en el posa brazos del sillón y con la otra, blandiendo esa enorme polla. Ciertamente, aunque habíamos tenido encuentros con otras personas ver a mi novia así me desconcertaba, sentí algo de coraje, celos, rabia, humillación, pero estaba en un punto en el que poco podría decir al respecto. Camine por ese pasillo con la certeza de que muchas miradas estaban encima de mi, las nalgadas, pellizcos y chiflidos me lo confirmaron, a mi paso, salían decenas de manos que me manoseaban al paso como un trozo de carne sin voluntad, algunos incluso tratando de ...