MUY SOMETIDOS - Relatos Eróticos

MUY SOMETIDOS

... la venda lentamente y para nuestra sorpresa, pegado a nuestras caras estaban los dos culos de nuestros machos que se encontraban abiertos de piernas y en cuatro, reclinados levemente hacia el piso. En la parte superior de la raya del culo, una línea de merka gruesa y contundente. 

Ahora queremos ver como lamen y chupan estos culos. Queremos que nos den placer. Mucho placer. Y aspiraran solo la mitad de lo que hay. 
Eso hicimos, desde nuestro orificio de la nariz cada uno tenía el orto de un macho expuesto en la cara aspiramos lo que se nos había ordenado.  

Bajen la venda. 
Y comenzamos lentamente a chupar los culos de nuestros machos, cada vez con más euforia y calentura, chupándolos con una gran desesperación, hasta llegar a meter parte de nuestra lengua dentro del orificio del ano de estos dominantes, cada vez con mayor ímpetus y desesperación mientras los sentíamos gemir y a la misma vez nuestros ortos ardían de fuego. 

Ahora cambien de macho putos y aspiren el resto que quedo. 
Eso hicimos, que ricos se olían que desesperación chupando esos ortos, lampiños y peludos, que calentura insoportable nos invadía y que necesidad de pija que teníamos mientras mordíamos lentamente con nuestros labios el orificio anal y ellos desesperaban de placer. Mucha lengua.

Ahora tiene 30 segundos con cada culo y queremos que jueguen con las dos lenguas en un solo orto y después otros 30 segundos en el otro orto. ¡¡¡¡YA PUTO!!!!

Que desesperación entrecruzarse las dos ...

... lenguas y por querer entrar en el ano y chuparlos y quererlos devorar y pelear para ver quien ganaba. Así lo hicimos con uno y el otro mientras el otro observaba y nalgueada fuerte con su mano con todas las fuerzas nuestras nalgas, dejándola marcada.
Paren trolas... van a ser castigados por desesperarse por los culos, van a aprender a trabajar bien. De a uno van a ver lo que es ser castigo, y van a aprender a hacer las cosas bien.
Tomaron a cada uno de nosotros de a uno, nos pusieron boca arriba, uno levanto las piernas y las entrelazo entre las piernas de él sujetándolas, y tirándose arriba de nuestros cuerpos, luego con sus manos abrió nuestras nalgas, las abrió totalmente, saco el jengibre que todavía seguía dentro de nuestro orto y así el otro macho comenzó a tirar lentamente vela derretida dentro de nuestro orificio anal. Nuestro cuerpo comenzó a querer salir de esa situación, pero estábamos muy sujetados por el otro macho que no dejaba que nuestro cuerpo se moviera, ya que su cuerpo permanecía encima de nosotros para lograr conseguir el cometido llenando nuestro agujero de cera derretida. Al no poder soportar el dolor, el que estaba echando la cera con la otra mano nos fue tapando la boca para no poder gritar, ni emitir ningún sonido de desesperación ya que nuestro rostro todo rojo lo decía todo.
Griten sucios putos, el castigo se lo merecen, y aprendan a gozar del dolor también que a partir de ahora será parte de Ustedes.
Ahora después de eso se van a limpiar entre ...