1. 1. Nunca lo imaginé


    Fecha: 09/12/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: svidamoore, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Empieza una historia llena de dramas y sexo narrada por Lucía.
    
    Desde que tengo uso de razón, mi rutina diaria ha sido durante años, la misma.
    Era la quinta de siete hermanas, las cuales, junto a mi pobre madre, éramos sumisas esclavas de mi padre.
    Él tenía el control de todo lo que sucedía, fuera y dentro de casa, y junto a su cuñado, mi tío, parecía que siempre tenían algo bochornoso entre manos.
    No recuerdo haber pisado la escuela u otro lugar que no fuese mi casa y la de mi tío. No conocía mundo y junto a mis hermanas, éramos ilusas de todo lo que nos podía ofrecer el mundo.
    Aunque mi padre ganaba bastante dinero, vivíamos en un cuchitril de mala muerte en malas condiciones y alejados de toda sociedad. No teníamos televisión y mucho menos internet. Todas creíamos que mi padre tenía una segunda vida donde todo ese dinero, lo invertía en sus negocios con mi tío, o vete a saber en qué.
    Volviendo a mi rutina, la cual no conocía otra, a las 7:00h había que estar en pie, para que a las 7:30h mi padre se hubiese corrido en una de nuestras siete bocas. Mi madre no participaba, pues tenía que preparar el desayuno para que mi padre cogiese fuerzas para volver a follarnos a todas de nuevo. Luego nos mandaba a duchar y asear para ponernos ‘bonitas’.
    A las 10:00h venía mi tío a recogerle y no volvía hasta las 14:30h. Siempre que llegaba a casa, venia con dos paquetes de 6 cervezas y tres paquetes de tabaco. A parte de follarnos, su cigarro en boca y birra en mano no podía ...
    ... faltar. Al llegar debíamos de estar todas como él deseaba, arrodilladas enfrente de la puerta, con la boquita abierta a su disposición, atadas de manos y con ojos vendados. Así mi padre podría elegir por cual empezar, y quién tuviese esa suerte sería la primera en poder ir a comer.
    Cabe destacar nuestras edades por entonces. La más pequeña, Carla, contaba con la edad de apenas 2 añitos, la siguiente era Mirla, con 4. Luego estaba Sofia y Sonia, las gemelas de 5 años. Luego estaba yo, Lucía, con 8 años.  Mi hermana Laura de 11 y Yanira, con 15.
    Claro, no todas podíamos arrodillarnos ante él, Carla tenía que estar en su cuna, o chupando de la teta de mamá, aunque de vez en cuando papá le daba de su propia leche. Como había hecho con todas nosotras anteriormente.
    La preferida de papa, sin lugar a duda era Laura. Si bien, se había desarrollado antes que Yanira. Tenía las tetas más grandes que mamá y un culo que tentaba a probarlo. Yanira se celaba pues la pobre era regordeta y según los estándares sociales poco agraciada, pero no por ello la menos follada.
    Acabando de explicar nuestra rutina, el día se basaba en sexo, comer y dormir. No conocíamos otra cosa que no fuera esa. Para nosotras era lo correcto y lo normal. Crecimos y aprendimos bajo la enseñanza de mamá y papá.
    Los sábados y domingos íbamos a casa de mi tío, estaba apenas a unos 10 minutos caminando. Recorríamos el campo y llegábamos a su casa en un abrir y cerrar de ojos.
    Allí mi madre era follada por múltiples ...
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