1. Nunca lo imaginé - Relatos Eróticos

1. Nunca lo imaginé

... hombres, a parte de su hermano y su marido.
No nos hacían participes, nuestro padre solo nos quería para él, exceptuando a su mujer, que, por dinero, la vendía un ratito a cualquier cabrón que quisiera follársela. Y aunque no participásemos en esos encuentros sexuales, nos obligaban a mirar haciendo que nos calentáramos como zorritas.
Rato después se oía a mi padre gritarle a mi tío, como de costumbre, que por nada en el mundo iba a follarse ninguna de sus hijas. Que no había dinero para llevarse tal tentempié a la cama. Y volvíamos a casa con ganas de pasarnos la noche follando con papá y mamá.
Esta vida la mantuvimos hasta que un buen día papá falleció. Tanto alcohol y tabaco iban a matarle algún día, pero no esperábamos que fuese tan pronto.
Ante tal suceso, mamá enfermó, y al poco falleció por depresión.
Debido a esto pasemos a ser custodiadas por nuestro tío, quien nos emputeció mil veces más.
Al llegar a su casa, tras un par de días de lo sucedido, tardó dos minutos en desnudarnos y empezar a follarnos a todas y cada una de nosotras.
El negocio que tenía era un puticlub dividido en dos partes, una para clientes normales con ganas de satisfacer sus gustos más simples, llamada zona 0, y otra donde niñas y niños éramos follados hasta la saciedad, llamada zona X.
A pesar de que hoy soy consciente de la situación, por aquel entonces comprendimos que, había que ayudar a nuestro querido tío, y conocer otras pollas no nos desagradaba para nada.
Y así estuvimos ...

... durante un tiempo, un año aproximadamente, donde desde el principio de este relato ya habían pasado tres años, y Yanira ya había cumplido su mayoría de edad con una barriga de casi 8 meses de mi tío, en poco iban a casarse.
Al ser mamá quien nos gestionaba las píldoras y la inocencia de no saber que podíamos quedar en estado, Yanira se quedó en poco tiempo embarazada, por suerte Laura no y yo ya iba camino de que mi menstruación llegase.
Tras el sufrido parto de Yanira, murió ella y el pequeño retoño. Fue algo difícil, pues la situación era precaria y las condiciones eran nefastas.
Tras aquel suceso mi tío se enfureció y su reacción no fue más que pegarnos repetidas veces hasta casi matar a su sobrina más pequeña.
El tiempo pasó, como siempre pasa, y Laura ya había sido mamá de una niña tierna que no tardaría en ser sexualizada por su padre, nuestro tío. Esta vez consiguió lo que quería, casarse, formar una familia y follarse a su esposa conjunto a sus hijas, emputecerlas y luego exponerlas en su antro sexual.
Y si bien era, con 15 años me habían follado por todos lados, y eso había hecho que mi cuerpo se hiciese a la forma de una diosa griega, con un culo bien marcado, unas tetas generosas, una cadera contorneada, una cara de ángel, la piel blanca como la nieve y la melena oscura como la noche.
Era la exclusividad del antro. Todos me deseaban, y por ello mi tío solo me dejaba ser follada por aquellos que pagasen una cantidad noble.
Por aquel entonces, mi tío me exhibía por ...