1. El villerito 6: cambio de rumbo


    Fecha: 24/12/2017, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... de la familia para que la atendiera. Para evitar el escándalo se tuvo que mudar de la casa de San Isidro a la mansión de la finada abuela, y desde entonces vivía sólo en este palacete, junto con mis dos tías. Martín, a pesar de las prohibiciones, venía a ver a Gonzalo varias veces a la semana para hacer "eso", pero siempre le pedía plata con una excusa u otra, y cada vez más. Cuando Gonzalo se cansó de darle dinero, el pibe, que ya andaba por los 16, lo amenazó con contarle a los padres. Tía Tere estaba limpiando el escritorio y escuchó el grito "Andate a la concha de tu hermana, puto de mierda, contale a quien quieras, forro!". Martín salió semi desnudo del cuarto mascullando puteadas. Al día siguiente vino el padre. Se encerraron en el escritorio por largo rato. El padre salió con la cara roja y se fue sin saludar. Nunca más vino y nunca más volvió Gonzalo a San Isidro a visitar a sus padres. Le cedió la cadena de hoteles que Gonzalo administraba y nunca más lo llamaron, ni siquiera para el cumpleaños. Gonzalo, que no tenía ni los ojos de la madre, ni su afecto, siempre creyó que su vida era consecuencia de algún polvo que su padre se echó con alguna sirvienta. El Señor se había vuelto callado, serio, caracúlico crónico, hasta que un putito de la villa, yo, había vuelto a arrancarle una sonrisa. Siguieron tres meses muy duros, yendo a laburar todos los días, estudiando en cada momento libre y durmiendo en la calle. A los tres meses rendí libre tercer año. Cuando volví del ...
    ... examen, Gonzalo estaba en su escritorio, me prendí de su cuello, levanté mis piernas y se las pasé por la cintura. Lo besé. -Tu villerito ya pasó de año, Gonza, me das mi premio?- Sonrió, me felicitó y comenzó a besarme apasionadamente. Me acostó sobre la mesa y comenzó a aflojarse el cinturón. Yo hice lo mismo con el mío y levanté mi ropa. Su pantalón cayó al piso, se levantó la camisa, me alzó las piernas con pantalón y todo y me la clavó. Nuestras bocas se unieron, nos besamos con desesperación, libros y papeles al piso, mi ojete gozando, mi macho gimiendo, mis huevos reventando. La felicidad me invadía, lo estaba logrando, el cascote comenzaba a tener forma, ya me imaginaba Galatea, luciendo una tanguita roja delante de Gonzalo. -Viste putito que podés?-, me decía Gonzalo entre estocada y estocada. -Con los premios que todos los días me das puedo llegar a Marte caminando Gon, no dejes de cogerme nunca por favor, que me recibo de físico nuclear si querés, sin tu pija Gon me muero de tristeza. -La vas a tener siempre putito, siempre. Mi pija le estaba llenando de preseminal la corbata y mis pantalones no le dejaban abrirme más las piernas, nos reímos de la situación, me la sacó, y mientras yo me desnudaba completo, él chupaba mi preseminal de la corbata. Apenas se desvistió, me arrodillé entre sus piernas y comencé a chupársela, qué me importaba que había estado en el fondo de mi culo?, él era mi dueño y esa pija me hacía más feliz que nada en el mundo. Cerré los ojos y de a ...
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