Amor en el conventillo
Fecha: 24/12/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: rehott, Fuente: RelatosEróticos
Amor en el conventillo
Junio de 1915, Argentina se encontraba en puro crecimiento económico, el mundo estaba dividido en países industrializados y los periféricos, exportadores de materias primas como fue el caso de nuestro país.
Era fundamental para mejorar la producción mano de obra con hábitos de trabajo y fue así que se invitó a muchos europeos a poblar el suelo argentino. Vinieron inmigrantes en su mayoría italianos y españoles, se hospedaron en conventillos, casas grandes en la que cada familia alquilaba una habitación y compartían el baño y la cocina.
Del sur de Italia había venido Gianluca para trabajar en el puerto. Él se encargaba de descargar la mercadería que trasportaba el ferrocarril hasta el puerto y de ahí la llevaba a los barcos que tenían como destino Inglaterra.
Gianluca había venido de Nápoles en 1913, con 32 años, era un hombre alto, rubio, con un físico ideal por su trabajo diario, lamentablemente no había traído a su mujer y a sus dos hijos, porque sentía que debía estar un tiempo trabajando duro para después poder disfrutar con ella de todo el esfuerzo realizado.
Al llegar a nuestro país como muchos de los inmigrantes se alojó en el prestigioso “Hotel de Inmigrantes” durante una semana y fue ahí donde aprendió lo básico para poder desenvolverse en esta nueva tierra que tan bien lo había recibido.
Gianluca en todo lo que hacía recordaba siempre a su querida Italia y a su familia que había quedado a la espera de una carta con ...
... pasajes para venir a vivir en la nueva rica Argentina.
Así fue que al salir del Hotel de inmigrantes se fue a hospedar en un conventillo que estaba situado en el barrio de la Boca, el mismo contaba con diez habitaciones, la cocina y el baño eran compartidos. La casa estaba pintada de diferentes colores, con tonos alegres, tanto las paredes como el techo eran de chapa y se sentía una extraña sensación de frío que inundaba todo el conventillo.
Después de una semana de intenso trabajo el domingo era el día más esperado. Ese día todos los habitantes del conventillo se reunían en el patio a conversar, bailar, intercambiar costumbres, los chicos jugaban al fútbol y también era el momento propicio para que las chicas solteras puedan encontrar novio. El patio estaba cubierto por una hermosa parra que en las tardes de calor refrescaba el ambiente del Sol que golpeaba fuertemente en los techos de chapa, tenía también bajo la parra bancos de madera hechos por los propios habitantes, un aljibe de donde sacaban el agua para refrescarse, lavar la ropa y también para beber.
Fue un domingo cuando Gianluca, se vistió con su traje negro, funyi y zapatos al tono. Salió a conversar al patio del conventillo con José, un español de Galicia, que había venido con su familia el mes pasado. El gallego trabajaba con el italiano desde su llegada al país y desde allí se había formado una estrecha amistad, mientras que su mujer se encargaba de las tareas domésticas junto con su hermosa hija Pilar de ...