1. Dulce y amarga amistad (13 y último)


    Fecha: 26/12/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... esconderlo de las miradas ajenas.
    
    Él se compró un helado en un puesto de la playa, y sentados en el pretil del muelle, entre sus piernas, me sujetaba la cintura con mi espalda apoyada en su pecho para evitar que cayera.
    
    Volvimos a la hora de la comida, puntuales como se nos había pedido, su padre nos miraba disimuladamente y se comportaba como si nada sucediera, Natalia en cambio quería estar a mi lado en todo momento, sentía celos de su hermano.
    
    Resulto el día más hermoso de aquel verano a punto de terminar, tanto que mama a su vuelta lo notó.
    
    -Parece que se te han pasado los males.
    
    -Todos mamá, todos.
    
    β€”β€”β€”β€”β€”β€”β€”β€”β€”β€”β€”β€”β€”β€”
    
    Comenzaron las clases con mucho trabajo para ser el comienzo, estábamos en diferentes facultades, yo en la de medicina y el en la de derecho, siempre había creído que le interesaba más la aeronáutica. Las clases no eran coincidentes, diferían los horarios y como consecuencia los descansos, buscábamos pequeños tiempos para estar juntos y vernos, en la cafetería o en sentados en el verde del los jardines, aún podíamos hacerlo.
    
    Solo nos besábamos, mucho pero solo eso, nos conformábamos, no había prisas. Su mamá quería que pasáramos una revisión médica, no lo veía necesario pero tendríamos que hacerlo, y un día de esa semana, a la salida de clases, hacía tanto calor que muchos estudiantes se quedaron esparcidos en grupos por el verde del campus, para hablar algunos y Álvaro no quería precisamente hablar.
    
    Nos alejamos un poco de los demás ...
    ... y empezamos con nuestras sesiones de besos, sus dulces y calientes besos, y también a acariciarme metiendo la mano debajo de la ropa, yo también lo hacía, no era manco, me encantaba pasarle la mano por el penachito de vello que ya se le veía crecido en el centro del pecho y alrededor de las tetillas. Me tenía tan, tan perdidamente enamorado que haría locuras si él me las pedía. Estábamos en un beso prolongado jugando con nuestras lenguas, disfrutando de nuestro aliento, diputándonos las salivas.
    
    -¡Ayy, Álvaro, tu verga! -Se le había puesto dura contra mi pierna, dura y más que dura.
    
    -Se siente inquieta, perdona. -Intentó apartarse y me empujé contra él.
    
    -No importa, me gusta sentirla así junto a mi, pero luego te va a doler.
    
    -¿Te gusta mi verga?
    
    -No me preguntes, sabes que me encanta, ¡Ayy, tu verga tan rica.
    
    -Tócala un poco por encima de la tela. -Coloqué la mano sobre ella y me estremecí, la sentía muy caliente, gorda y dura.
    
    -Será peor Álvaro, nos calentaremos y no podemos hacer nada aquí en la calle.
    
    -Si podemos, mete la mano por la bragueta y cógemela. -Era muy excitante, no la podía mover de donde estaba ubicada, ocupaba todo el espacio y solo podía pasar la mano a lo largo de su tallo.
    
    -¡Ahh! qué rico Jesús, que rico. -movía ligeramente el cuerpo ayudando al frotamiento de mi mano sobre su polla.
    
    -¡Qué rico mi vida, tenía muchas ganas. -La mía a su vez reaccionaba endureciéndose y Álvaro me la cogió haciendo lo mismo que yo le hacía pero ...