El mendigo
Fecha: 27/12/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... parque infantil, más adelante unas matas de coco y ahí estaba el muchacho, fingí no verlo pues él estaba detrás de una mata y quedamos frente a frente, el moreno tenía un enorme trozo de carne en la mano, le pedí disculpas y me fui más adelante, fingí orinar y cuando me voltee él me estaba esperando, sentí temor de que en verdad fuera un loco, le pasé por un lado sin detenerme, y regresé a la avenida principal. Aquella noche me di una paja pensando en aquel precioso huevo, luego me sentí mal pensando que podía ser un loco. Pero el domingo siguiente me llevé una sorpresa cuando me dirigí al cementerio de la ciudad, iba a la tumba de mi abuela que había fallecido meses atrás, el joven se encontraba ahí, yo entré al lugar y no lo vi, pero el a mi si y me siguió, llegué al panteón abrí la reja hacía tiempo que no íbamos y tenía monte y sucio, así que me dedicaría primero a limpiar y después colocaría las flores que llevaba, cuando de repente, él supuesto loco estaba parado en la puerta del panteón, de verdad que me asusté. Aun cuando cargaba herramientas para limpiar y podía defenderme no me imaginaba que hacer. - Hola, dijo él, te vi pasar y te reconocí, tú eres el de la tienda de caballeros. - Hola le respondí, si yo soy, que haces por estos lados? El evadió la pregunta, - Necesitas ayuda? Si quieres puedo ayudarte. La verdad es que soy algo flojo para eso de cortar monte y esas cosas así que acepte su ayuda, le daría algo de dinero y saldría más rápido, el comenzó a trabajar ...
... sabía lo que hacía por cierto, estaba bastante delgado me imagino que por el hambre que pasaba en la calle, pero era atlético, eso sí olía mal, me imagino que tenía días que no se bañaba, tenía mugre pegada al cuerpo, pero debajo de esa mugre se veía un chamo entre dieciocho y veinte años que no debía ser feo. Decidí sacarle conversación de cosas sin importancia, del estado del cementerio, como algunos de los panteones estaban destruidos y el respondió a todo eso con perfecta coherencia, en muy poco tiempo la tumba estaba limpia, se sentó frente a mí, le ofrecí un vaso con agua y mi mirada involuntariamente se fue a la entrepierna y ahí estaba aquel hermoso trozo tapado por el mugroso pantalón. Terminé en el cementerio y nos dirigimos a la salida, le iba a pagar pero no me aceptó, me pidió algo de comer, le dije que me esperara fui a un cafetín cercano le compré varias empanadas un refresco y se los llevé. El me dio las gracias, - Y que haces aquí en el cementerio?, insistí, cuando se alejaba. - Vivo aquí, me dijo el entrando de nuevo al cementerio. No pude regresar a la casa, di vueltas por la ciudad la imagen del joven no salía de mi cabeza, definitivamente no era loco, bueno aparentemente no lo parecía, pero porque andaba en la calle, podía estar huyendo o algo así, me hice mil preguntas, por momentos deseaba regresar al cementerio para volverlo a ver, pero el pensar en lo mal que olía y lo sucio que estaba me desanimaba, pensé y pensé, hasta que una idea me iluminó, mi ...