Me inicié con mi secuestrador...(parte 1)
Fecha: 21/12/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Yenisei Lvolvo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Mi nombre es Eric Ishikawa. Hoy tengo 24 años y curso en la universidad como un chico decente, pero no iba a eso. El punto es: tuve mi primera vez en una especie de cuartel donde me mantuvieron secuestrado por un lapso de tiempo lo suficientemente largo como para haber tenido más de ocho sesiones de sexo con ese tipo. ¿Su nombre? Se llamaba Mikaela Tajiri, era alto, guapísimo, con un cuerpazo de película y lo más importante: el mejor órgano sexual que vi en mi vida. Mmm...de sólo pensarlo se me cae la saliva, amigos y amigas.... Seguramente llegaba, y no exagero, a los 20 cm... Bueno, la cosa es así: iba de lo más tranquilo caminando de regreso de la escuela, cuando veo que me sigue un coche muy lujoso, de la más alta gama. Me he quedado pensando, pues no tenía ningún conocido con tal carro y mi familia no era millonaria, para aclarar.
La portezuela del coche se abrió y de allí asomó primero el más fino pie de hombre guardado en un calzado que no iba con el lujo del coche/ el más fino pie de hombre, pero en fin. Luego a eso le siguió/siguieron una/s pierna/s hermosa/s, luego una cintura perfecta, flaquita, de ésas que sólo pueden verse en las series yaoi. El jean oscuro delineaba perfectamente su pene superdotado, bien pegado contra la bragueta del pantalón. Me le quedé viendo extasiado, sin atinar a mover ni un pelo.
El chico era súper guapo: enormes y sensuales ojos oscuros, cabello lacio y negro, boca rosada y carnosa... A través de la camisa abierta se le notaban los ...
... músculos del pecho bien desarrollados y tenía ciertas transparencias que permitían ver su piel...
Seguramente vio caer el hilo de saliva de mi boca, pues su rostro se oscureció y me dijo en tono bastante enojado:
_¿Y tú qué me ves, imbécil?
_¿Yo?....nada....
Cuando pude salir de mi embeleso, me escapé corriendo a toda pastilla, pero mucho no pude porque me alcanzó en medio segundo y me apretujó en sus brazos, mirándome con sus ojos sexys.
_Tú no te escapas a ninguna parte_ me susurró al oído_. Vendrás conmigo, chico; no te haré daño si no te opones.
Me tapó la boca con una de sus delicadas manos, mientras su perfume avainillado se colaba en mi nariz. Me estaba apretando tan fuerte que en un momento sentí su pene contra mi ano, literalmente. Luego me metió en el interior del coche y...me quedé dormido. Me habían puesto un paño con cloroformo en el rostro o algo así. El gorila selvático que conducía dijo algo así como “qué chico más débil”.
Me desperté confundido en un lugar muy oscuro. Estaba maniatado con las manos a la espalda y las sogas me hacían daño. Me miré los pantalones... Me los había mojado, pero no me importaba. Valía más que hubiera conservado la vida.
La puerta se abrió de repente. Me volví, preocupado de que mi hora se aproximara. Pero no. Era él.... ÉL...
Cerró la puerta tras de sí, caminando con esas maneras tan hermosas que tenía. Era muy pálido y sus facciones resaltaban en su blancura de marfil. Se sentó frente a mí.
_Cálmate. No te haré ningún ...