La esposa de mi sobrino tiene un culazo - Relatos Eróticos

La esposa de mi sobrino tiene un culazo

... mi verga la recibe y la penetro, su vagina está tan lubricada que mi pedazo de carne se va hasta el fondo de su raja.  Ella se tapa la boca con una de su manos.  Ahora todo queda en saberme mover, ya la noche ha caído y eso facilita las cosas.  Meto mis manos debajo de sus ricas nalgas y la levanto un poco y luego la dejo caer, siento que mi verga se mueve adentro de ella y me produce un gran placer.  

Poco a poco oigo que la respiración de Dayana aumenta, eso quiere decir que esta excitada y está sintiendo placer.  Con una de mis manos trato de llegar a la vagina de ella y puede darme cuenta que toda mi verga esta metida en su raja, solo mis cojones estan afuera, es una penetración total, entonces comienzo a frotar su clitoris y ella trata de quitar mi mano de allí, pero sin mucho éxito, de pronto veo que ella se lleva la mano a la boca y trata de ocultar que se está corriendo.  Todo esta oscuro en el auto, en eso mi sobrino Rene que maneja trata de sacar de nuevo conversación, ahora conmigo, yo trato de contestar su preguntas, que ahora son índole deportivo.   Es increíble, me estoy cogiendo a su mujer apenas medio metro atras de él.  Mientras charlamos ahora es Dayana quien mueve su pelvis bien rico, a los lados y arriba y abajo, como que quiere sacarme la leche ...

... a toda costa.  Pero en el proceso que rico polvo allí atras del auto, se la tengo hasta el fondo.  Ella se mueve mientras yo platico con su marido.  Es ella la que llega a otra corrida, siento que su cuerpo convulsiona, desde su vagina hasta su espalda, de nuevo se tapa la boca para no gemir.  Por fin no puedo detener más y comienzo a eyacular también, fueron varios latigazos de leche caliente la que deposito en la vagina de Dayana, luego calma total.  Mi verga se queda adentro de Dayana, hasta que poco apoco se va reduciendo hasta que sale solita.  Entonces ella levanta un poco el trasero y se compone sus pantaloncillos y su braga, yo hago lo mismo con mi pantaloneta.  La oscuridad nos protege, mi sobrino solo pregunta si estamos bien.  Ambos respondemos que si.

No resta más que comentarles que Dayana y yo lo seguimos haciendo, no seguido, pero si han sido tres o cuatro encuentros, en donde le he comido sus nalgas y su raja hasta la saciedad.  Y se la he metido en ese orificio encantador de su culo, he eyaculado varias veces allí.   Aveces hemos pasado varios meses sin hacerlo, tenemos paciencia, no queremos cometer errores que nos delaten. Solo cuando es algo muy seguro, nos vemos, cogemos por horas, le parto ese culazo que tiene Dayana y luego a la vida normal.