Mis recuerdos desde Lisboa. Capitulo 1
Fecha: 28/12/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: RamiroM, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... él, a pedido suyo. De su parte era una aventura, una fantasía sexual de la que quería aprovecharse al máximo. Su interés romántico estaba en las chicas, según me expreso. Así que trate de tomármelo así. Algo de adolescentes, de hormonas revolucionadas. Pero igual nos encantaba el juego de seducirnos, como si después de estar, todo volviera a cero. Al estar con los demás, discretamente nos mirábamos, nos rozábamos, nos tocábamos, conversábamos como si nunca hubiera pasado nada. Eso me enloquecía, como me enloquecía el encontrarnos solos y sentir encenderse con estallido la lujuria, como si corriéramos contra el tiempo, o contra la posibilidad absurda de que nos estuvieran buscando para frustrar nuestro apetito voraz por el otro. Cuando no había riesgo que otros nos escucharan, jadeamos sonoramente. Mis gemidos de placer estallaban en cada embestida suya, o por la cabalgada que yo daba sobre su pelvis. Esa verga gruesa y curvada entrando y saliendo, me conducía a un éxtasis celestial. No parecía que nadie se percatara de lo nuestro. Pasado un tiempo, siendo sabida mi inclinación sexual, amigos de aquella época me dejaron entrever que algo sabían. Que Agustín había llegado a ser muy amigo mío, eso me dijeron una vez. En apariencias eso no era así… No quise indagar. ¿Para qué? Lo pasado, pisado. Daba igual ya. Nunca más nos hablamos. Tampoco nos tenemos de contacto en las redes sociales. Sé que él está casado, que es padre de dos niños y una niña. Conservo los recuerdos, lo ...
... conservo inmortalizado en mi mente, como si siguiera perteneciéndole. Además de algunas fotos que quedaron de aquel verano. Sin embargo debo ser sincero. Todo eso es cierto, a no ser por un pequeño instante de la vida en que volvimos a vernos. Un instante comparado a todo lo que habíamos vivido. Hace dos años, 14 años después de aquel verano, me lleve la grata sorpresa de coincidir con él. Estaba visitando a mi familia en Argentina, y tuve que ayudarles a mis padres con unos documentos de propiedad de un departamento que queríamos vender, por lo que me dirigí a la inmobiliaria a la cual mi padre había hablado previamente. Mientras esperábamos ser atendidos, una secretaria nos avisó que nos atendería el gerente de ventas, así que nos hizo pasar a una oficina donde nos sentamos. A los pocos segundos ingreso un hombre pulcramente vestido y de corbata. Pelo corto y barba incipiente y prolija que le cubría buena parte del rostro. Era Agustín... Lo reconocí casi de inmediato. Igual le paso a él. Nos quedamos paralizados por la sorpresa… No sé si mi padre percibió algo. Ahora que lo pienso me digo: Si hubiera sabido mi padre todo lo que había de contenido entre aquel hombre y yo… pero hicimos lo de siempre, simulamos ser desconocidos uno del otro. Fingimos. Desplegamos la farsa de presentarnos. Nos atendió como a cualquier otro, recibimos asesoramiento acerca de la venta; dejamos en sus manos la propiedad y nos despedimos. Sin embargo, cuando estaba por dejar la oficina, Agustín de ...