DESVIRGANDO UNA PENDEJA - Relatos Eróticos

DESVIRGANDO UNA PENDEJA

Hola amigos, esta es una anecdota de un amigo de orgías, espero la disfruten.
Después de 8 meses de ausencia en mi casa, regreso para quedarme ya definitivamente y dejar los viajes laborales tan agotadores a mar abierto. Una de las grandes sorpresas que encuentro es como creció mi vecina. De tan solo 17 años tenía un cuerpo espectacular, delgada, pero con sus curvas bien definidas, su boca carnosa, una sonrisa que compraba a cualquiera y unos ojos negros maravillosos.
Por lo general me saludo con todos mis vecinos por lo que no me era raro que ellas también me saludaran con una sonrisa. Pero ahora era diferente, las chicas estaban ya crecidas y yo a pesar de mis 40 años me mantenía en forma.
El ver mis vecinas todos los días me llevó a una mejor relación con ellas; aparte había dos que ya me las venía sirviendo de hace rato, una madre soltera de 35 años que era adicta al gimnasio por lo que su cuerpo estaba de maravilla. Y por otro lado una de 25 años a punto de recibirse de abogada, esta última una puta de aquellas. Rellenita pero con sus curvas bien marcadas y firmes, mamadora profesional.
Y ahora entra ella, una flaca divina, su madre tenía una despensa así que me iba a comprar ahí. Aparte hacían deliverys, por lo que aprovechaba de vez en cuando hacer un pedido, por ahí tenía la suerte que llegara ella y en otras me visitaba su hermano. Ella era un poco corta de genio, no tenía casi amigos a pesar de su edad por lo que se me dificultaba relacionarme con ella. ...

... Prácticamente no salía, así que los momentos en que la podía ver era en su negocio o cuando realizaba el delívery y siempre nos quedábamos charlando un momento y robándole una sonrisa.
Ambos notábamos la atracción mutua, así que un día busque la forma de hacerla llegar a casa tarde. Volvía de andar en bicicleta, pleno verano, llegando a casa a las 24 hs. Llamo por teléfono y le encargo comida y me responden que por el día (lunes) y la hora solo quedaba unos sándwich. Les pido que me lo acerquen, y la espero. Por ser cliente de ellos tenían registrado mi número así que recibo un mensaje de Florencia (así se llama) diciéndome que se demoraría unos 15 minutos más de lo previsto, así que le respondo que estaba en la pileta y como no estucharía la puerta le pedí que ingrese por el costado.
Estaba ansioso esperándola, quería ver esa figura fenomenal. Siento sus pasos, mi corazón se acelera de solo pensar en tenerla desnuda en mi cama. Ella entra con su fantástica sonrisa y su caminar de felino; no pude evitar mirarla de arriba a abajo, mientras ella notaba como la devoraba con mi mirada y se puso colorada propio de su timidez. Nos saludamos, la invito a sentarse en una de las reposeras, me dice que estaba agotada por todo lo que anduvo y por el calor que aún a esa hora hacía. Sin perder tiempo la invito a darse un chapuzón en la pileta para refrescarse, pero me dice que no tiene la ropa adecuada y que su madre se daría cuenta si va mojada. Le digo que lo haga en ropa interior y así no ...