1. Yiyo


    Fecha: 29/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Geronimo68, Fuente: CuentoRelatos

    ... labios pintados.
    
    –No sé si está bien o mal, pero hace tiempo lo sueño así… imaginé así el momento y ojalá no te parezca ridículo!
    
    Le dije que no, que estaba precioso y que hiciera como quisiera ya que era su noche. Me agradeció, se paró delante de mí dándome la espalda y levantó la fina tela, hasta dejar al descubierto su tesoro. La tanga le marcada un culo harto tentador y hasta muy femenino. Terso, con apenas una ligera vellosidad. Esto terminó de aplacar mis dudas y ya mi verga mostró signos de calentura. Se sentó a mi lado para besarme ya sin reparos, en tanto su mano se posaba delicadamente sobre mi bulto para explorarlo. Aparté la tela para chupar sus diminutas tetillas, arrancándole un suspiro. –Ven, vamos a mi habitación… estaremos más cómodos, dijo y lo seguí.
    
    Nos tiramos en la cama. Me acarició y pidió permiso para quitarme la ropa, a lo que por supuesto accedí. Una por una mis prendas fueron quedando en el suelo. Hasta llegar a quedar solo con el bóxer. Acarició mi verga enhiesta por encima de la tela, para enseguida quitarlo. Se quedó mirando con la boca entreabierta. –Es hermosa, dijo… me encanta ese tamaño! Puedo? –Claro, respondí. Me la tomó entre sus manos con una delicadeza femenina. Acercó sus labios pintados y me la empezó a chupar de una forma que, juro, pocas veces me lo habían hecho.
    
    -Disculpa si cometo alguna torpeza… soy nuevo en esto… sin experiencia!
    
    -Lo haces a la perfección, dije… Chúpamela por favor! Y eso hizo… Vaya si lo hizo ...
    ... tanto y tan bien que al rato debí detenerlo. –No me hagas acabar todavía… tengo otros planes para mi leche!
    
    Sonrió y me dijo que era un loquillo picarón… Hice que se estirara en la cama, boca abajo, para masajearle y acariciarle la cola. Le quité luego la tanga. Separé sus nalgas y sin reparos busqué el ano para lamerlo. Lo fui preparando a conciencia, correspondido por sus gemidos y suspiros. Lentamente me masturbaba para mantenerme erecto. Tomé líquidos de mi verga y se los dejé caer en el ojete ya muy mojado. Con mi dedo medio lo fui masajeando e insinuando una leve penetración, en tanto el meneaba sus caderas bamboleando sensualmente las nalgas. Muy despacito le introduje la primera falange del dedo para masturbarle y lubricarle el apretado ano. Apoyando las rodillas, tiró bien las nalgas hacia atrás, descansando el vientre sobre los muslos. Así su orifico quedó más expuesto, palpitante, tentador… Cada vez más ganas me venían de penetrarlo de una vez. En tanto lo lamía, lo masturbaba para ponerlo totalmente loquito y en clima.
    
    -Crees que es hora?, le pregunte…
    
    -Mmmm, si… por favor
    
    Le levanté un poco la cola para acariciarle el culito con la punta viscosa de mi verga. Se estiró un poquito para tomar algo del cajón de la mesa de luz. Me alcanzó un pote de vaselina. –Toma… termina de prepararme. Cargué mi dedo en lubricante y se lo desparramé en el ano empujando hacia adentro. Estaba totalmente ofrecido y lubricado.
    
    -Ahí voy… si te molesta me dices…
    
    Me preparé ...