Todo va mejor 2 - Relatos Eróticos

Todo va mejor 2

... Sarita que venía a “una rápida visita”. A mí me jodió un poco. Nos privaba de nuestras últimas refregadas.
-Pasaba por aquí y quería visitarte un ratito. En seguida me voy. – Sarita me dio un besito en la mejilla.
Y fue así, pues cuando era mi hora, Sarita dijo “yo también me voy”.
Tuky nos acompañó hasta la puerta, se besaron las chicas y me dio su sabroso beso de lengua. Me dijo despacito “pórtate bien y vení en la próxima”. 
Nos reímos y nos fuimos hacia la misma esquina Sara y yo. Cuando llegamos me di vuelta como siempre y nos saludamos con la mano.
-¿Vivís por aquí?
-Si, a la vuelta. 
-Ah, están cerquita.
-Nos vemos todos los días, también en la escuela. Los miércoles no voy a lo de Tuky porque sé que venís vos.  No quiero molestar. – Y sonrió. 
-Bueno, voy para la escuela.- Iba a cruzar la calle cuando Sara habló:
-¿No querés venir al parque, allí adonde fueron tus compañeros?
-Es que llegaría tarde.
-Pero… ¿qué pasará? 
-Nada, tarde nomás, me pierdo una hora. – Me hacía el “estrecho”.
-Dale, vení, acompañame.
-Bueno, vamos.
Me tomó de la mano. Cuando nos alejamos un par de cuadras le pasé el brazo por el hombro. Ella me tomó de la cintura.
-¿Ves? No es tan lejos. - Nos internamos entre plantas y árboles.
-¿Nunca viniste con Tuky?
-No. La verdad nunca se nos ocurrió.
-Claro, igual la pasan bien ¿no? - Y sonrió picarona. 
La oscuridad se hacía cada vez más profunda. Alto setos de ligustro nos aislaban de todo. Se veían las sombras de algunas ...

... parejas arrinconadas en varios lugares. Cada una haciendo lo suyo.
Al fin Sarita se detuvo.
-Aquí estamos bien.
-¿Si? ¿Para qué? - Por supuesto que sabía para qué.
-Pues… quiero hacer algunas cosas… Vos hacé de cuenta que soy Tuky.
-No hace falta. Vos estás suficientemente buena para hacer de cuenta que sos Sarita. ¿Qué tal?
La abracé y besé. Su beso fue tan caliente y apasionado “como si fuera Tuky”. Lengua contra lengua. Le tomé los glúteos y apreté. Levanté la pollera y no tenía bombacha. ¡Venía preparada!
Mientras nos besábamos y apretaba sus glúteos, Sarita me desabrochó el cinto y los pantalones. Me bajó los calzoncillos con alguna dificultad porque yo no soltaba y la tenía recontra parada. Cuando tuve todo al aire, se levantó la pollera desde adelante y guió la pija hacia su concha. Tuve que agacharme y también levantarla un poco tomando sus glúteos. Hasta que llegué y entró todita de un saque. Sarita dio un suspiro y se apretó contra mí.
-¡Que rico, papi!
No dije nada y bombeé. Tuvo su primer orgasmo entre temblores, suspiros y gemidos.
-¡Esto SÍ qué es hermoso! – No sé con qué Sarita lo “comparaba”.
-Tengo que subirte un poco. Sos un poquito petiza para mí. 
-Vamos allí, al costado. Hay unos tablones. 
Se la saqué. Ella tomó la pija en sus manos y me guió a unos tres metros. Allí sí se está mejor. Quedó más alta y la penetración fue más cómoda. Entre orgasmos y besos sentí que me venía.
-¡Me viene Sarita!
-No me acabés adentro. Te la chupo, dale.
En cuanto ...