1. Cartas homoeróticas (II): De Janpaul a Mikel


    Fecha: 30/12/2017, Categorías: Confesiones Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... habíamos contratado para dos noches, esa noche era la nuestra. En la cama nos tomamos dos tragos más de whisky. Nosotros dos teníamos bastante aguante con el alcohol, ¿verdad? Porque no reconozco que nuestra borrachera fuera escandalosa y siempre recuerdo cuando ya estábamos pasados que decíamos: “Basta ya, no nos pasemos”. Pero es cierto que no mezclábamos licores. Esa noche nos zampamos la botella y nos acabamos la otra media que venía con nosotros desde Lima.
    
    Así y todo recuerdo todo lo que hicimos. Te apetecía un 69, mientras yo quería que me follaras a pelo y sin preparación. Ganaste tú, como siempre. Tú mamas muy bien y de ti aprendí a chupar la polla para dar gusto, pero sabes que mi lengua es delicada y a veces rebelde, pero esa noche de Huacho no, se portó bien, lo que no pude fue metérmela en la garganta. Si notaba la mía que la pasabas a tu campanilla y me daba un doble placer. Lo siento, amigo, por no poder hacer más. Ahora ya sé cómo, si un día nos encontramos de nuevo y creo que será pronto te lo podré demostrar, porque creo que no tienes a nadie que se pueda encelar. Yo tampoco, porque quiero ser libre y tener un novio en cada puerto, como los marineros.
    
    Hiciste que te llenara toda tu cara de mi leche y tú tardaste tanto en eyacular que mi boca comenzó a doler. Pero pensé que si te lamía la parte de atrás de tus bolas y daba mordiscos pequeños a tu rafe perineal y lamía suavemente con la lengua el perineo, pasándola desde los huevos hasta el ano. ...
    ... Aprovechaste ese gusto que te estaba dando para comerte mi culo, tu lengua la metiste hasta dentro eso me produjo tanto placer que con la yema del dedo índice apreté en tu perineo y tu próstata te hizo reaccionar, allá que se fueron las chorretadas de semen por todo tu cuerpo y por el mía, nos juntamos para celebrar nuestros orgasmos con un montón de besos, con la lengua y con caricias, sobre todo a nuestros huevos, que eso de acariciar los huevos lo aprendí de ti.
    
    Al mucho rato decidí pedirte que me follaras, sacaste un condón, te lo pusiste, me untaste con aquel aceite lubricante y sin más asomaste tu pene a mi culo y lo fuiste metiendo. Casi no costó y me dio muy poco dolor. Pensé que yo tenía el culo más grande que tu polla, pero recordé otras veces y es que la dilatación ese día no era necesaria, demasiadas ganas de tener tu polla en mi culo. Las metidas eran magistrales porque entrabas y salías como Pedro por su casa. Pero ya era muy avanzada la noche y después de follarme quise celebrarlo con whisky y nos tomamos otro trago. Ahí entendimos que el whisky de boca a boca y con sabor y saliva del amante es más rico, es como una tercera fermentación.
    
    Recuerdo que estaba muy cansado y te pedí que durmiéramos. Consentiste y te dormiste antes que yo, pero no debí tardar mucho tiempo. Lo que sí note y me fui despertando es que algo pasaba en mi culo y me sorprendí que mientras dormía yo, tú me estabas follando, eso me alegró, porque me pone feliz despertar con una polla en mi ...