La amiga de mi novia - Relatos Eróticos

La amiga de mi novia

... con vuelos que al caminar dejaba admirar sus piernas y de vez en vez sus nalgas, al darse cuenta del impacto que me había causado se pegó a la puerta cuidándose de que no la vieran afuera y levantó el vestido para mostrarme la tanga, color naranja también, completamente enterrada en la nalgas, mostrando algunos vellos por el frente, hice el intento de levantarme, me hizo el ademán de que no, se dio la vuelta y salió.

Esta visita matutina se volvió rutina, por lo demás seguía igual, salíamos a comer los tres, sus contoneos en todo lugar que visitábamos, su ropa llamativa, mis sesiones con Rocío fueron mejorando gracias a las provocaciones de Sofía, sin embargo no me la podía quitar de la cabeza y ella no daba oportunidad para volver a repetir.

Más de tres semanas después de aquel primer día, me llamó un viernes para preguntarme si podíamos vernos al día siguiente, sin pensarlo acepté, así que me pidió que la visitara en su departamento.

Ese sábado fue un día completo, sin prisas, sin el temor de ser descubierto, comimos, bebimos algunos tragos, platicamos e hicimos el amor varias veces, mi lengua disfrutó su pucha, mamó mi verga como una ...

... profesional, nos venimos varias veces, ella lo hizo a todo pulmón, me dejó gozar su estrecho culo en cada ocasión, en fin una jornada completa, me dijo que renunciaría la siguiente semana, ya había encontrado un trabajo mejor pagado y no le parecía correcto lo que le habíamos hecho a Rocío, así que sería la última vez que cogeríamos, me tomó por sorpresa pero no podía hacer nada, la abracé, nos besamos, volvimos a desnudarnos y a manera de despedida lo hicimos en su pequeño comedor, la recargué contra la mesa y se la clavé en el culo por última vez, se vino dos veces, mi venida se retrasó por las veces que ya me había venido así que duré mucho más, sentir su esfínter cerrándose alrededor de mi verga y escuchar sus gemidos me prendían cada vez más, finalmente me vine, empujé fuertemente, vaciándome dentro de ella.  

Me salí, fui al baño, lavé mi verga y me despedí de ella.

Efectivamente, el lunes presentó su renuncia, Roció se sorprendió, la felicitó, fuimos a comer para celebrar y ya no regresó a la oficina.

Nos hemos visto varias veces, siempre con Rocío presente, su coqueteo sigue igual pero ya no hemos repetido las sesiones, ni ella ni yo hemos insistido.