1. El sueño jamás soñado


    Fecha: 28/01/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Es un lugar común suponer que el 90 % de la iniciación sexual, tanto para mujeres como varones, se dan entre hermanos o primos. Pues bien, yo no tengo hermanas y mi prima más joven me lleva 8 años. ¡Estaba listo! Tuve que rebuscármela por otros lados. En verdad no me fue tan mal…, pero me quedaron las ganas de debutar con mi prima, la menor. Algo totalmente imposible.
    Nuestra familia esta desparramada por todo el país, incluso el mundo, puedo decir. Solo nos encontrábamos una vez al año, durante el cumpleaños de mi abuela paterna – quien era el único abuelo que me quedaba - y como la mayoría venía de muy lejos, se prolongaba durante una semana, antes o después de la fecha precisa, de acuerdo como caía el almanaque.
    Ese año, como siempre, nos encontramos todos en la localidad donde vivía mi abuela, junto a una de sus hijas – una de mis tías, y su esposo -, que era una grandísima escuela primaria, pues por entonces, no se ahora, daban con vivienda incluida, a quien era nombrado directora o director. Allí nos reuníamos todos, unos treinta y pico, durante esa semana. Ese año, decía, mi prima menor- la que me llevaba 8 años -, había venido como siempre con sus padres, mis tíos, desde una ciudad que estaba como a 400 km. Lo que me llamó la atención, aunque no dije nada, fue que vino “sola”, eso quiere decir que recordaba que los dos años anteriores vino con un simpático muchacho, un poco mayor que ella, a quien presentó como su novio y que según parece, les cayó muy bien a ...
    ... todos, aunque se tuvo que bancar algunas siniestras bromas de mi padre y de sus hermanos, o sea hermanos del papá de mi prima…, pero se la tomó muy bien, sabía que eso pasaría.  Seguramente mi prima se lo habría advertido.
    Pero ese año estaba sola y triste. Me di cuenta enseguida. Ella cuchicheaba con las otras primas, supongo sobre a que se debía la ausencia.
    Ella siempre había sido muy atenta y cariñosa conmigo –al igual que el resto de mis primos-, pues yo era de lejos el benjamín, el único, pues por esas cosas de la vida, había nacido mucho más tarde que la consolidación del resto de la familia. Por eso mismo era el consentido benjamín, sobre todo, por parte de mi abuela.
    Pero Tati estaba especialmente amable y cariñosa conmigo. La pasábamos muy bien juntos. Recordaba que los años anteriores, cuando vino con el novio, fue cuando menos el apunte me llevó, algo absolutamente lógico.
    Todos dormíamos en la escuela. Había catres, camas, colchones, por todas las aulas. Era una época sin clases. Luego del almuerzo, casi siempre, la gente se iba a dormir la siesta. Ella me preguntó: “¿te vas a dormir?”
    -No. Me quedo si vos te quedás. - Me di cuenta que ella quería algo de compañía para distraerse.
    -¿Querés que juguemos a las cartas?	
    -Bueno, dale, me gustaría.
    -Bueno. Tengo una sorpresa.
    Era lo común en ella. Siempre, en los años anteriores, salvo los consabidos dos anteriores, ella me hacía una sorpresa que en general era un juego, un libro o un chiste. Siempre alegre y ...
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