1. El sueño jamás soñado


    Fecha: 28/01/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... cariñosa…, menos ahora. Cariñosa sí, pero sin alegría.
    -Vení, acompañame.
    Cruzamos la cocina, donde estaban mis tías lavando y limpiando todo, y nos fuimos a un patio interior, no de la escuela, sino exclusivo de la vivienda. En ese patio uno de mis tíos había colocado una especia de pileta hecha de lona impermeabilizada y allí adentro, tapado con una lona, estaban las cervezas rodeadas de barras de hielo. Era el “reservorio helado para combatir el calor”.
    Mi prima tomó uno de los canastos de alambre que estaban amontonados por allí, y lo lleno con 6 botellas de helada cerveza.
    -No levantés la perdiz. Cruzá la cocina y andá a la puerta del frontón. - Había un frontón de paleta que tenía una puerta de comunicación con este patio.
    Eso hice y Tati abrió la puerta, y me alcanzó el canasto con las botellas.
    -Vamos, ayudame, rápido.
    Me guió hacia un aula, las más lejana de las otras y la más cercana al patio, nos metimos dentro rápidamente. Tati largo la carcajada.
    -¡Jajaja! ¡Los jodimos! Nadie nos vio. Ahora sí podemos jugar a las cartas. Va a ser más divertido.
    Yo no decía nada. Ella ya tenía 23 y yo solamente 15. Ella dirigía todas las maniobras. Tengo que decirte que Tati era una chica muy hermosa. Morocha con un cabello negrísimo y una piel blanca como la nieve y unos inmensos ojos negros de largas pestañas. Una boca grande con carnosos labios. Su cuerpo me parecía hermoso, y digo “me parecía” porque nunca la había visto con menos de unas polleras, o pantalón ...
    ... largo, o vestido, sin demasiado escote, pero se notaba un buen par de tetas y un bien parado culito. Era tan alta como yo o, al revés, yo era tan alto como ella, cosa que le gustaba, pues muchas veces se refería a mi altura, afectuosamente y admirada. Sería 1,70 más o menos. En fin… ¡muy linda!			
    En el aula además había dos catres, pero nosotros nos instalamos en los pupitres para jugar. Tati sacó un mazo de un grandote bolsillo de la pollera y comenzamos con un mus. Luego vendría el chinchón, el truco, la escoba, etc, lo que sea. Lo hacíamos por puro “divertimento”, para reírnos y tomar el pelo al que perdía. Era siempre así, pero en este momento había algo distinto. Tati también sacó un abridor y empezamos a darle a las cervezas. Ella tomaba mucho más que yo. Con cada chupón a la botella se bajaba la mitad. A mí no me preocupaba. ¿Por qué me iba a preocupar?
    La cosa fue que luego de una hora más o menos, yo había perdido la capacidad de calcular el tiempo. Solamente quedaban dos botellas llenas. Tati me dijo “¿te parece que vayamos a dormir?”
    -Bueno, dale. - La verdad, yo estaba con un apoliyo cervecero atroz.
    Tati se acostó en una de los catres. Yo iba  a hacer lo mismo en el otro.
    -Vení acá, conmigo. Quiero tenerte cerca.
    -Pero… ¿y si se rompe?
    -No, que va. Son muy fuertes. Yo misma los elegí y los traje. Nos aguantará a los dos.
    ¿Qué diablos le pasaba? ¿Viste que los catres se hunden hacia el centro? Es imposible colocarse en un costado, y con dos personas es ...