VIVENCIAS 4 (ANITA, UN TESORO MAS)
Fecha: 04/01/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: efeso, Fuente: RelatosEróticos
... dediqué a disfrutar de la imagen que ella me proporcionaba, de vez en vez llevaba mis manos hasta sus senitos dándole unos leves pellizquitos haciéndola suspirar de placer, las embestidas poco a poco fueron siendo más violentas y sus gemidos cada vez más fuertes, me indicaban que nos pudieran descubrir, pero ya nada me importó, mi pasión hacía que me aferrara a sus caderas ayudando a las fuertes embestidas que su conchita se prodigaba, sin sacarle mi verga y como pude cambiamos de posición, a misionero y ella me abrazó con sus piernas, mis huevos me dolían por la tremenda excitación y mi verga amenazaba con reventar. Mis manos se aferraron a sus senos apretándolos de forma casi infame y mis empujones eran cada vez más fuertes, ella pedía más y más, levanté sus piernas en mis hombros para que mis embestidas fueran más profundas y ella levantó un poco sus nalgas para meterse un cojín por debajo de sus caderas, la posición quedó más que perfecta y mi verga llegaba hasta lo más profundo de sus entrañas haciéndola sudar de placer y de deseo, mi frente también empezó a destilar agua por el esfuerzo realizado, pero debía aguantar hasta que ella alcanzara también el éxtasis, por lo que aceleré mis embestidas y ella comenzó a sobrase su clítoris con sus deditos hasta que empezó a poner sus ojos en blanco y abrió al máximo su boca jalando lo mpas que pudo de aire, para despúes dejarlo salir en forma de suspiro, me quedé totalmente ...
... quieto sintiendo como mi verga se inflaba y su vagina se contraía provocándome un terrible placer con el cual no pude aguantar más y deje salir una tremenda descarga de esperma que inundó su recién estrenada vagina que también respondía con unos espasmos y contracciones como queriendo succionar hasta la última gota de mi líquido vital.
Me quedé encima de ella por algunos minutos para recuperarme totalmente, hasta que mi verga ya flácida se salió de su vagina, de inmediato tomé sus braguitas rojas y la limpié con ternura recibiendo con la tela de su calzón una cantidad interminable de esperma mezclado con sus jugos vaginales y sangre.
Nos acomodamos en la cama y nos quedamos dormidos.
Cerca de las 5 de la mañana, Anita me despertó, para decirme que se iba a su cuarto, asentí y le dí las gracias por haberme entregado su más preciado tesoro y ella me contestó:
Desde que te ví, supe que tu eras la persona indicada. No sé qué pasará en el futuro y no sé si nuestras vidas en algún punto de la historia se crucen, pero en caso de que no, nunca te voy a olvidar, no puedo decirte en este momento que te quiero o que te amo, pero no me arrepiento de lo que acaba de suceder.
Me beso y salió, por la puerta.
Al otro día, después de desayunar unos deliciosos huevos rancheros, me despedí de aquella familia que me recibió con los brazos abiertos, y aunque regresé en otras 2 ocasiones, la primera vez… siempre es… la primera vez.