Los blanquísimos jamones 4 - Relatos Eróticos

Los blanquísimos jamones 4

... de las 8?
-Si, como no.
-Bueno, te esperamos.
-Hasta luego.
¿Qué querrían?
Por las dudas que fuera una cena o algo así, preparé dos vinos, uno blanco y otro tinto, y un champagne.
Cuando llegó la hora me puse un poco más elegante que cuando trabajaba. Llegué puntual.
Me atendió Patricia. 
-¡Qué bueno! ¡Que puntual, y que elegante!
-Romi me dijo que no era una reunión de trabajo.
-¡Y trajiste bebidas! ¡Bárbaro, festejaremos!
-¿Qué cosa?
-Que estaremos juntos.
-¡Qué pinta! – dijo Romina cuando me vio. - ¡Jajaja! No tenemos más remedio que preparar la cena.
-No, no. Sí no tenían nada previsto no quiero molestar. 
-¡Jajaja! No molestás nunca. – Patricia se veía muy contenta. - Pero primero vamos a conversar.
Fuimos a la sala y nos sentamos en los cómodos sillones. Patricia se sentó en el de dos cuerpos y me indicó que me sentara a su lado. Romi se sentó frente nuestro.
¡Las dos estaban recontra preciosas! Y aunque no necesitaban vestimenta especial para estar hermosas, también estaban algo más allá que ropa de trabajo. Las dos con tacos, luciendo esas riquísimas piernas, polleras muy cortas, cortísimas, y blusitas muy livianas, que hacían notar los esplendorosos pezones. A Romi no le llegaba al ombligo. ¡Dios! ¡Para el infarto!
Cuando se sentaron, obviamente, las polleras no cubrían sus muslos, y en el caso de Romi, a quien tenía enfrente, se le veía el blanco de la tanguita. Parecía que ellas se prepararon para seducirme. Rarísimo.
-¿Sabés? – Comenzó ...

... Romina.- Seguro que lo sabes. Araceli te cuenta todo ¿no?
-Bueno…, algunas cosas…
-Sabemos lo que sabés, porque nos cuenta todo.
-Entonces sabés que queremos tener un bebé.
-Si, me lo dijo.
-¿Viste? Nosotras intentamos adoptar un bebé recién nacido. No queremos alguien más grande. Lo queremos educar desde el nacimiento.
-Me parece bien…
-Pero hay un problema, bueno, varios, pero el mayor es que es difícil para una pareja homosexual. Si fuéramos dos varones sería igual.
-Lo entiendo. Prefieren parejas hetero, para equilibrar la influencia de padre y madre.
-Eso justamente…
-Bueno, no la hacemos más larga… - Romina me miró a los ojos. - ¡Queremos que vos seas el padre!
-¿Qué?
-Sí, así, queremos tener un hijo tuyo. – Fue Patricia quien me miró a los ojos. - Un hijo con tus genes sería perfecto.
-¡Están locas! ¿De dónde sacaron eso?
-Desde que te conocimos.
-¡Sos el tipo más maravilloso que conocimos nunca!
-¡Ja! Cuando lleguen a mi edad van a ver cuántos tipos maravillosos conocerán.
-No, jamás. Nunca como vos. Nunca.
-Si, Dany. Nosotras fuimos hetero. Cuando más jóvenes, en la época del secundario y en los primeros años de la facu conocimos muchos tipos, muchos, ¡muchos!
-No éramos pacatas ni tímidas.
-Nos gustaban los chicos.
-Pero todos fueron una mierda.
-¡Insoportables! 
-Cuando nos conocimos estábamos hartas de ellos.
-Justamente por eso resolvimos estar juntas.
-Bueno…, yo creo que se enamoraron, no sólo por bronca a los hombres.
-Si, si, es ...