1. Los blanquísimos jamones 4


    Fecha: 08/02/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... cierto.
    -¿Ves lo qué decimos?
    -Estás al tanto de todo y comprendés perfectamente.
    -Por eso queremos que seas el padre. – Las dos se alternaban en las “explicaciones”.
    -Y… ¿me tienen que sacar semen e “inyectárselo” a ustedes?
    -No, nada de eso.
    -¿Y entonces?
    -Queremos que te acuestes con nosotras.
    -¡Eh! ¡Eh! ¿Qué?
    -Si. Queremos “hacer el amor” con vos.
    -Pero… No quiero ofenderlas, pero si me acuesto con una mujer es porque me gusta, no para ser solamente un padrillo. Eso es una locura.
    -Y… ¿no te gustamos?
    -Ustedes son riquísimas, pero… son homosexuales… - Respiré hondo. -  Si se acuestan conmigo será pensando que es para que las llene de esperma y nada más. ¿Qué hago yo? Si me gusta realmente tener sexo con ustedes que hago después… ¿la puñeta?
    -¡Jajaja! ¡No es para tanto! – A Romi le causa gracia mi opinión.
    -Y lo peor sería que a una de ustedes también les guste. Rompería una maravillosa pareja. Me sentiría como la mierda.
    -¿Te das cuenta? Por eso te queremos. ¡Sos único! 
    -Ya sabrás como echamos a varios que se quisieron “levantar” a alguna de nosotras o a las dos. ¡Eso era insoportable!
    -Y no te rías… ¡Ahora somos nosotras quienes te queremos seducir!
    -Para que sea “papá” y nada más…
    -Porque nos gustás, nos gustás mucho… y por eso queremos acostarnos con vos. 
    -¡Sería muy lindo!
    -¿Ustedes qué saben?
    -Lo sabemos…
    -Y sabés como lo sabemos…
    -Araceli…
    -Justo, ella nos cuenta…
    -¿Todo? – Yo estaba hirviendo de vergüenza.
    -No sonso, no todo…
    -Sin ...
    ... detalles… ¡Jajaja!
    -¿Lo harías?
    -Y si…, que se yo…, puedo decir que si…, pero sí cuando llega el momento… ¿no puedo?
    -No pasaría nada. Estamos seguras que “podrías”. 
    -¿Querés probar? 
    -Y… bueno… 
    -¿Con cuál de las dos?
    -Ah no. Yo no elijo. No, de ninguna manera.
    -Bueno, está bien, voy yo – Romina se paró y dio dos pasos hacia mí.
    Patricia también se paró y dijo tranquilamente:
    -Mientras tanto preparo la cena.
    -¿Qué? ¿Ahora?
    -Si, claro. Dale, vamos. – Romina tomó una de mis manos…, y me levanté.  
    ¿Qué otra cosa podría hacer? Romina se sonrió y me llevó hacia la escalera. 
    -Vamos al dormitorio. - Y me sonrió pícaramente. Romi me quería seducir, sin la menor duda. ¡Sentía como mis genitales cobraban vida!
    -Ya verás. La pasaremos muy bien. – Me tomó de la cintura y me arrimó a su cuerpo.
    En verdad yo estaba con una calentura de la gran puta. ¡Qué me importaba que fuera solo para tener un hijo mío!
    Cuando entramos al dormitorio… Una cama inmensa. ¡Cómo se revolcarían las guachas!
    -Nos bañamos. ¿Querés?
    -Si, como no.
    -Juntos ¿eh?
    -Bueno.
    Ya no iba a hacerme el pulcro ni el puritano. ¡Sí! ¡Ahora quería cogérmela!
    -Desnudate. El baño está allí.
    -Bueno… - Dudé un segundo. 
    -Está bien. Lo haré yo. – Romi comenzó con mi camisa, luego los pantalones.
    -¡Ah! ¿Ves cómo estás? ¡No tenés más remilgos! ¡Jajaja!
    Era así. ¡Estaba totalmente al palo! 
    -¡Sos único! ¡Cómo decimos! Estás al palo por nosotras y no decís nada.
    -No, no, no es así. Por supuesto que son ...
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