La mamá de mi amiguito de secundaria me cogía - Relatos Eróticos

La mamá de mi amiguito de secundaria me cogía

... terminamos doña Karla le dijo a su hijo que se diera una ducha antes de cenar, luego dijo que yo me duchara en la ducha de su recamara, para que no perdieramos tiempo para cenar.  Cuando fui a la ducha de su recamara, me dijo, deja la puerta abierta, cuando yo me estaba bañando, entró ella tapada solo con una toalla, ya adentro la dejó caer, la vi totalmente desnuda, era una modelo, era una preciosura de mujer, se metió a la ducha conmigo y me besó, por primera vez jugué con mi lengua su lengua, mientras ella tomaba mi pene y lo apretaba, mi pene creció en su mano.  Luego ella se hincó en la ducha y tomando mi pene con su boca comenzó a mamarlo,  Me lo puso totalmente erecto.  Luego me dijo que me acostara en el suelo y ella se fue montando sobre mi pene  y tomándolo con las manos lo puso en su panocha, luego se fue sentando y se lo ensartó todo, luego comenzó a moverse despacio como si montara a caballo, -que clase de verga tienes!- me dijo ella al tiempo que empezaba a gemir, poco a poco ella se movía más rápido, sentí como pene se movía dentro de su caliente vagina.  Era un placer intenso.  Pero siempre ella me decía que no me corriera tan pronto, me decía que pensara en otra cosa que no fuera el sexo.  Asi lo hice y resultó, ella me cabalgó por buenos minutos, la oí gemir y gemir hasta que llegó a un buen orgasmo.  Se movía tan fuerte que no pude aguantar más, comencé a eyacular mientras ella se movía como desesperada, me sacó hasta la última gota de semen.  Fue tan ...

... agotador que me quedé un rato tirado en el suelo, mientras ella se ponía la toalla de nuevo y me tiró un beso con la mano para despedirse.

En la noche ese día, yo me quedaba con Carlos Daniel, pero recibí la instrucción por doña Karla de esperar a que él estuviera dormido y que me fuera a su habitación.  Salí como a las once de la noche sigilosamente, fui a la habitación de doña Karla, entré, me pidió que cerrara con pasador, lo hice.  Ella estaba desnuda debajo de las sabanas, me dijo que quería que le obedeciera en todo como si fuera yo su esclavo, le dije que estaba bien que lo haría.   Me dijo que le besara los pies, sin usar las manos fui lamiendo todo el contorno de sus pies, metí mi lengua entre sus dedos y los ponía también entre mis labios y les pasaba la lengua por dentro de mi boca.  Doña Karla en la cama cerraba los ojos y  decía -asi Luisito, asi cariño!-.  Lamí totalmente uno de sus pies, luego fui al otro, repetí toda la operación, luego me dijo que le lamiera  más arriba, lo hice y llegué con mi lengua a sus rodillas, luego subí más y llegué a sus muslos, ella abrió sus piernas y me dijo que continuara, comencé además de lamer a chupar con mis labios su entrepierna, el olor de su panochita me llegó a la nariz, doña Karla se estaba mojando.  Seguí lamiendo y llegué muy cerca de sus labios vaginales, lamí alrededor de ellos sin tocarlos, ella se retorcía en la cama, luego ella tomó mi cabeza con desesperación y me la llevó al centro de su panocha, comencé a lamer ...