1. Arrepentidos los quiere Dios. (Capítulo 56)


    Fecha: 05/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Febarsal, Fuente: CuentoRelatos

    ... visita.
    
    Haciendo de tripas corazón, me acerque fingiendo una sonrisa; no pretendía alarmar a los empleados de la conserjería que no perdían detalle.
    
    --Buenas noches caballero, haga usted el favor de acompañarme.
    
    Esbozó una sonrisa cínica y un ademán chulesco y me siguió hasta mi despacho.
    
    --¡Vaya... vaya... vaya..! La zorra más zorra de España, convertida en una señora honorable, alcaldesa e industrial, la de vueltas que da la vida. Esa fue su tarjeta de presentación.
    
    --Escucha Ernesto, duermes esta noche en el Hotel, la casa invita, pero mañana te vas inmediatamente.
    
    --De momento, a mí, ninguna puta me amenaza, eso que te quede muy claro. El plantón que me diste en Madrid, y las sesenta mil pesetas que me costó el hotel, lo vas a pagar muy caro.
    
    --¿Ah si? ¿Quieres que llame al personal de seguridad del hotel?
    
    --Llama, llama a tus matones. ¿Te interesa dar un escándalo? Mira como tienes la terraza, a tope.
    
    --Cuánto dinero quieres, y desapareces de mi vista ya.
    
    --De momento lo que quiero es pegarte "un par de polvos"que hace dos días "que no meto", y después vamos a formar una sociedad "el menda" y tú.
    
    --¡Es qué te has vuelto loco, Ernesto! no ves que dada mi situación te puedo pulverizar en un momento.
    
    --¿Ah sí? ¿Por qué no lo intentas?
    
    Le vi tan seguro de si mismo, que algo muy grave me temía.
    
    --No dudo que me puedas como dices, pulverizar en un periquete, pero yo te puedo desacreditar para el resto de tu puta vida.
    
    --¡No me ...
    ... digas! ¿Cómo?
    
    --Contando enCaldo Amarillocomo la honrada y ejemplar Manolita, mecenas y alcaldesa de Los Alcores, se follaba en su casa al cura de su pueblo, obispo después, y se comenta que futuro cardenal y hasta Papa.
    
    Quedé como el pedernal, las piernas no me sostenían, pero hice un esfuerzo y le dije intentando ser contundente.
    
    --No podrás probar nada.
    
    Sacó una cinta de audio y dijo.
    
    --Toma, es una copia, escucha y hablamos.
    
    Precisamente en mi despacho tengo un reproductor de cinta de audio. la puse con mano temblorosa, y lo que a continuación escuché, me puso los pelos como escarpias.
    
    Ernesto.
    
    Dime Sergio
    
    Ya tienes todas las instrucciones para actuar en el "caso Manolita". Monseñor me pide que no le falles, que son muchos millones los que nos jugamos.
    
    Oye hermano, ¿Cómo es en la cama? Porque me la tendré que follar, ¡digo yo!
    
    ¡Claro, claro! es el elemento más importante de la jugada, porque Manolita no puede vivir sin acostarse conmigo, en el sexo está la clave del éxito, es una ninfómana mórbida, aparte de tener una vena de lesbiana que le coge medio cuerpo.
    
    Ya sabes mis instrucciones al respecto.
    
    ¡Menos mal! que los dos tenemos la misma medida, porque de lo contrario, la hubiéramos cagado.
    
    Tú, Ernesto, siempre has presumido que tienes dos centímetros más que yo.
    
    No creo que se de cuenta de ese detalle. ¿o te la ha medido?
    
    No, hombre no ¡Cómo me la va a medir! Ni se enterará.
    
    Oye hermano, dime; tú que te la has cepillado: ...