1. Arrepentidos los quiere Dios. (Capítulo 56)


    Fecha: 05/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Febarsal, Fuente: CuentoRelatos

    ... ¿qué es lo que más le gusta hacer en la cama?
    
    Le encanta hacer la felación, y sobre todo que la enculen, eso le vuelve loca.
    
    ¡Pero Sergio! ¿No la destrozaste la primera vez?
    
    Sí, casi se lo reviento. Pero la muy puñetera, me lo pedía cada vez que nos veímos.
    
    Hermano. ¿Pero tan puta es esta Manolita?
    
    ¡No lo sabes bien..!
    
    Muy puta si debe ser, porque hay que ser muy puta ¡Pero qué muy puta! para atreverse a follarse a un cura.
    
    No lo creas Ernesto. Es una mujer de profundos sentimientos, una niña en lo más hondo de su corazón, una persona muy sincera, y te pido por favor, que la trates muy distinto a como tratas a otras mujeres; se un caballero con ella.
    
    ¡Pero... serás cabrón..! Y tú cómo la has tratado, si además de follártela, le prometes un falso matrimonio y pretendes arruinarla.
    
    Es muy distinto, lo mío es una causa...digamos... divina.
    
    ¡La madre que nos parió...! Mejor lo dejamos, no nos vayamos ahora a pelear por una golfa.
    
    Sí, mejor lo dejamos, pero ya sabes, haz bien tu papel de Sergio, si quieres ganarte esos diez millones de comisión.
    
    Nos vemos "curita". Que lo pases bien.
    
    Adiós.
    
    Adiós.
    
    Dio al stop de aparato y añadió:
    
    --¿Quieres seguir escuchando más?
    
    Ahora si que tuve que sentarme para no derrumbarme. Con hilo de voz dije.
    
    --¡Pero vas a hacer esta putada a tu hermano!
    
    --Que den por el culo a mi hermano, a ti y a todo el Clero. O accedes a mis pretensiones, o te hago volver a la mierda de donde ...
    ... saliste.
    
    --Qué es lo que pretendes, si esa prueba no tiene ningún valor judicial. Además lo puedo negar todo rotundamente, mi voz no está grabada en esa cinta.
    
    --Espera, espera... Mira lo que te grabó mi hermanito el curita en una de aquellas sesiones en tu cama. Dio la vuelta a la cassette y la voz inconfundible de Sergio y la mía decían:
    
    ¿Qué piensas Manolita?
    
    Sergio.
    
    Dime, cariño.
    
    ¿Tienes todavía la potestad de la confesión?
    
    Sí, claro. ¿Por qué lo preguntas?
    
    Porque quiero confesarme
    
    ¡Aquí en la cama..! ¡Imposible!
    
    Mañana por la mañana, sobre las once, iré a confesar. Y ahora vistámonos antes que regrese la chica.
    
    --¿Sigo?
    
    Quedé totalmente paralizada, en estado catatónico no podía articular palabra. Sólo balbucee:
    
    --¡Cómo es posible que Sergio, tu hermano haya caído tan bajo!
    
    --No le juzgues mal. Sergio grabó esa cinta, sólo para demostrar si llegara el caso que había sido el Demonio en forma de mujer, o sea: tú, el que le llevó a la fornicación. ¡Jamás! la hubiera usado para extorsionarte. Ya sabes, que "los curitas" creen en el Diablo y en sus tentaciones.
    
    --No te creo. ¿Y por qué está en tu poder?
    
    --No hace falta ser muy listo para adivinarlo. Simplemente se la quité en los días que estuvimos preparando mi suplantación ante ti. El muy estúpido la tenía casi a la vista; en uno de los cajones de la mesa de su despacho. La vi, y no sé por que, intuí que contendría algo muy importante.¡Y mira! no me equivoqué. Seguro que el hombre todavía se ...