Soy una puta desenfrenada
Fecha: 07/01/2018,
Categorías:
Gays
Autor: María de la Luz, Fuente: CuentoRelatos
... algo más parecido a un sentimiento sexual. Sus manos acariciaban deliciosamente mi espalda dentro del camisón y me estrujaba los senos contra su pecho.
Sus manos en mi espalda empezaron a frotarme la piel de forma maliciosa. Me dijo al oído que era una mujer muy fuerte y que era... muy bella aún, “yo sé que te sientes sola, y yo estoy aquí para que no te sientas sola. Yo te puedo hacer sentir bien”. Traté de soltarme, pero él me tenía bien sujetada. Una de sus fuertes manos bajó por mi espalda y masajeó mi cadera, luego hizo lo propio con la parte alta de mi nalga. Insistí en soltarme, pero él me apaciguó “no te resistas preciosa, yo sé que necesitas desahogarte con alguien y yo estoy aquí”, me dijo Raúl en un tono más insinuante.
Por fin me soltó.
-Qué te pasa Raúl? -le dije- mi marido, era tu amigo, estaría muy molesto por lo que me dices!
-Tu marido Clementino, estaría muy de acuerdo en que yo y no cualquier otro hombre, te recordara que eres una mujer aún deseable -me dijo viéndome a los ojos y luego una de sus manos la puso en mi muslo y casi me sujetó, luego comenzó a subirla.
Yo me puse de pie y le dije que se fuera de la casa. Él se puso lentamente de pie y fue caminando hacia la puerta, yo me fui detrás. A un metro de la puerta, se viró y me sujetó de los brazos y me prensó contra la pared. Su ávida boca comenzó a besarme la parte baja del cuello, sus labios besaban y chupaban todo, yo me resistía, pero su volumen era mayor, se pasó a mis orejas y ...
... mientras sus labios tomaban mi lóbulo de la oreja su lengua se metía en su interior. Quise librarme usando la fuerza, pero él era fornido, tenía mayor fuerza que yo.
Con una de sus manos abrió mi bata y desgarró mi camisón, yo empecé a dar de gritos, mientras él me tomaba los senos con sus gruesos labios, los chupaba y los mamaba a placer incluyendo mis pezones. “No, no, por favor Raúl!” le pedía yo, pero él seguía en su afán. De nuevo con una mano arrancó mi bikini, que era de una tela fina. Luego, me soltó y tomándome de las piernas bajó a mi sexo y abriéndome las piernas comenzó a darme sexo oral, yo gritaba y le jalaba el cabello para que me soltara, y luego me quedé petrificada por lo mojada que yo ya estaba, pude haberme soltado en ese momento, porque su atención se centraba en mi raja, pero contra la razón, todo lo que sucedía me tenía excitada, yo le decía que parara, pero yo ya no hacía mucho esfuerzo en quitarlo de entre mis piernas, tal vez si necesitaba a un hombre después de todo.
Ahora sin oposición, Raúl pasaba su lengua sobre mi mojada vulva como si estuviera lamiendo una paleta de dulce. Usaba sus manos para abrir mi raja como pétalos de flor y ahora pudo meter bien su lengua entre mis labios vaginales y repetía su lamida, solo que ahora lo hacía con más deseo y lujuria, pude sentir su lengua ahora más profunda en mi raja. Yo seguía por inercia, repitiéndole que se detuviera, cuando en el fondo estaba disfrutando como se comía todo mi coñito. Era tanta la ...