1. Negación - Capítulo 10


    Fecha: 07/01/2018, Categorías: Hetero Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos

    ... decir. De todas formas me justifiqué, al volver a mis cabales y abandonar las lágrimas, le mencioné que tenía una pequeña lesión – precisamente en el pie enyesado – y que estaba usando un anestésico en aerosol, Lidocaína para ser precisos, que me ayudaba, principalmente, a cumplir con mis deberes en el gimnasio. Inventé la historia a toda máquina, y tuvo cierto efecto positivo, aunque no pareció él todo convencido. Con miedo le pedí que no indagara más, existían detalles del pasado que era mejor olvidar. Este accidente encabezaba la lista. Hizo mutis por la escena al rato, sin proferir una palabra.
    
    Respecto a la Oficial Rodríguez, volvió, pero no sola. Miguel la seguía moviendo el rabo como un perrito faldero. Me hizo mucha gracias verlo embobado nuevamente, deslumbrado por una joya nueva para su colección. Por motivos de protocolo la declaración debíamos hacerla en solitario. Me negué rotundamente a que Brawny abandonara la habitación, este pareció extrañado al principio, pero luego, entendió la indirecta del plan maquiavélico que había puesto en marcha, yo le estaba dando más tiempo con la Oficial. No hubo más preguntas ese día. Y Tamar resultó ser una mujer débil bajo esa máscara de rectitud, que cayó rendida fácilmente a los pies de Miguel. Creo que tuvieron su primera cita el miércoles. No me extrañaría pensar que esa salida terminó en la cama.
    
    Apagué el teléfono en el momento en que subí al bus el sábado por la noche, por lo que me desconecté de todo y de todos. ...
    ... Sabía que Claudia hablaba con Laura, porque en ocasiones mi hermana insinuaba que estaba siendo grosero con mis amigos. Existían tantas versiones de la historia, que ya me estaba empezando a confundir. Me estaba convirtiendo en un mentiroso consumado. Les dije a Laura y Sofía, mis hermanas, que había chocado en el auto. No pareció agradarles la idea, no por mi salud, sino por la del vehículo, comenzaron un interrogatorio sobre su estado, los costos de reparación y si ese gasto “extra” alteraría de laguna forma el aporte monetario mensual que les daba. No me dolió, las conocía, sabía que la invitación era más obligatoria que por verdadera preocupación. Como tantas otras veces, lo dejé pasar.
    
    Seguí mirando la Iglesia. Y seguí debatiendo en mi interior la posibilidad de entrar. Hace un año y medio la pisé por última vez, viví en su interior, bajo la mirada de una representación de un Cristo que parecía juzgarte en todo momento, la experiencia más triste y desesperante de mi vida. Es parte de la naturaleza, después de todo, vivir la muerte de tus padres. Sin embargo, cuando esa vida tan especial, tan propia, te es arrebatada en forma tan prematura y sufrida, no puedes no enojarte con el Dios al que tanto le has implorado piedad y ayuda. No he hecho nada para ganarme esa misericordia, pero he vivido el castigo. Me pregunto si eso nos deja en un punto muerto.
    
    Nunca superé la muerte de mamá del todo. Aun puedo sentirla cerca, o quiero hacerlo al menos. Volver al pueblo solo lo ...
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