Luis, Jacobo y un verano 04 Julio enseña su poderío de macho
Fecha: 12/01/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues
... respirar. –Jacobo comenzó a reír cuando me miró. -He engordado un montón. -Has crecido, ten, ponte uno mío. –cuando Bruno llegó ya estábamos preparados. Tenía miedo de encontrarme con Julio en las cuadras, deseaba ver su cara y desvelar lo que pensara, y a la vez sentía pavor porque estuviera molesto conmigo. Gracias a Dios estaba otro empleado, allí me esperaba mi bonita, tranquila y vieja Laila, la yegua que mi abuelo me regalara, también la de Jacobo era una yegua pero más inquieta y joven, y lo de Bruno era otra cosa, un hermoso semental, garañón negro azabache que corría como una fecha, pero hoy no sería el día. Acaricie la frente de Laila y deslicé un azucarillo en mi mano que ella arrebató, juraría que sus ojos negros y grandes, donde me reflejaba como en un espejo, me reconocían. -No le dé muy fuerte, está cubriendo a las yeguas estos días y aún le quedan algunas. –el empleado se dirigía a mi primo entregándole las riendas. -¿Donde se encuentra Julio? -el hombre pareció no entender. -¿El tonto? -Bruno afirmó con la cabeza. -Ha ido con Rufo arriba, a llevar personal para deshijar las vides. –le señaló hacia la falda del monte. Hasta el año pasado no supe por qué a Julio, mi Julio, le llamaba todo el mundo, excepto nosotros, “El tonto” o “Tonto” sin más, sin que a él pareciera molestarle. Casi toda la gente en el pueblo tiene un mote pero no veía relación entre Julio y su sobrenombre o mote. En realidad solamente es poco hablador y reservado y muy, muy inteligente, ...
... demasiado quizás. Emprendimos la marcha guiados por Bruno, como siempre. A Laila no hace falta ni tocarla con la fusta, nota el aire al desplazarla y ella sin más obedece, avanzamos como una media hora sin esforzar a los animales y cuando llegamos a la caseta de herramientas y utilizada para refugio en caso de tormentas y de descanso, ¡menudos recuerdos me trae!, nos dirigimos bajando hacia el río. En esa caseta, el año pasado, en una calurosa tarde de Agosto supe la causa del apodo o mote de Julio: “Tonto”. -------------------- Empezaré por explicar lo que sé sobre Julio, todo lo que conozco, aunque tampoco es tanto. Le recuerdo de siempre, desde niños jugando con nosotros todos los veranos, al principio no nos resultaba agradable, era un niño gordito, bajo y moreno de inmensos ojos, demasiado grandes y hablaba poco. Era tan pequeño como Jacobo y yo a pesar de tener la edad de Bruno. No había otros niños donde elegir. Creo recordar que llegamos a ser crueles con él, sobre todo Jacobo. Es huérfano, su madre lo tuvo de soltera y su padre despareció, quizá no sea tan huérfano y su progenitor aparezca un día salido de la nada. Puede ser que por la presión mediática de la gente, o lo que fuere, dicen que su madre se suicidó. Encontraron al niño encerrado en su casa junto al cadáver de su madre. Suena terrible, ¿verdad? Todo eso nosotros no lo supimos hasta muchos años después. Y nada más, su tío Rufo y su mujer se hicieron cargo de él. Es feliz con ellos, como si fueran sus padres ...