Mi tía Lucia. Madura complaciente ( I )
Fecha: 13/01/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: cartuz, Fuente: RelatosEróticos
... era de Moldavia, me extraño lo de su nombre diciéndome que era muy común allí.
Apareció mi tía y nos vio hablando, ya no hace falta presentaros, Natalia vive con nosotros. Por lo que supe, la contrataron cuando mi tío enfermo y ya se quedó.
No me había percatado, pero cuando mi tía se acercó al frigorífico, vi que llevaba un pantaloncito corto y su culo… era imposible que pasara desapercibido. Pero cuando se dio la vuelta fue peor, esa camiseta ajustadita, esos “melones” sin sujetador, con los pezones marcándose… uuufffff. No me quedo más remedio que disculparme y salir al jardín. Donde pensé claramente que cuanto antes me fuera al piso mejor para todos.
Durante la comida le dije a mi tía…
-Lucia, cuando acabemos de comer si haces el favor, me apuntas la dirección del piso que voy a verlo, para saber lo que hace falta hacerle.
-No es necesario que vayas hoy mismo, espérate a mañana u otro día. No ha y prisa.
-Prefiero hoy, así también veo un poco Alicante, me distraigo y como habéis dicho que está cerca del Corte Ingles, aprovecho y me acerco a comprar un par de cosas.
-Vale, vale… luego te la apunto.
Mi tío Manuel dijo, que le vas a apuntar. Acércalo y así también te despejas tú. Que siempre está encerrada, además estando Natalia, estoy bien cuidado.
Después de comer y tomar café, mi tía dijo que se iba a cambiar y nos íbamos. Como a la media hora salió, llevaba una minifalda que haría a más de uno perder los ojos y una camiseta juvenil, que la ...
... quedaba muy bien.
Nos despedimos de mi tío y fuimos al garaje. Nos montamos en el coche y yo, aunque llevaba gafas de sol, me daba apuro que se diera cuenta de que mi vista se iba a esos muslos tan bonitos.
Llegamos a la urbanización y una vez aparcados, nos dirigimos al portal, en el camino dos mujeres que salían de una piscina, saludaron a mi tía, la preguntaron por mis padres, ella les dijo que yo era su hijo y que me vendría a vivir allí, me saludaron me dieron la bienvenida, alguna me dijo que me conocieron siendo un bebe, etc.
Llegamos al piso y esta vez no me quede yo solo sin palabras, mi tía se quedó helada. El portero le dijo a mi madre que el piso lo dejaron bien, pero la realidad que estaba de pena, si metieran un cerdo allí saldría llorando. Paredes, suelos sucísimos, con porquería de meses. La cocina no se podía describir y los muebles destrozados. El resto de la casa y el mobiliario igual o peor que la cocina. A mi tía le saltaban las lágrimas.
La cogí, cerré la puerta y nos fuimos. Pero estaba tan enfadada que antes de irnos la dije de tomarnos algo en un bar que vimos. Sentados en la terraza, tomando un café granizado ella y yo un helado, se fue calmando. Una vez tranquilizada nos fuimos, pero al final se nos olvidó pasar a comprar lo que yo quería. Nada más llegar al chalet, Lucia llamo a mi madre y le conto todo con pelos y señales.
Cuando colgó me dijo que mañana llamaría a un amigo que hace reformas, para que pasara por el piso y ver que ...