Mis sobrinas Andrea y Natalia (3) - Relatos Eróticos

Mis sobrinas Andrea y Natalia (3)

... porque los chicos no se veían bien.
Aproximadamente a la mitad del camino a casa, miré por el espejo retrovisor y vi que Natalia y su nuevo amigo estaban un poco calientes, ajenos en dónde estaban o quién más estaba allí. El joven tenía su mano en la parte superior de su cuerpo masajeando sus pechos, mientras que Andrea y su novio también parecían divertirse, así que mantuve mis ojos en la carretera de regreso a casa.

"Tío Fer, ¿puedes dejar a Nicolás primero?"- Dijo Andrea. Nicolás, el novio de Andrea parecía un poco molesto. "Bueno, no puedes quedarte en nuestra casa, papá nos mataría y luego a ti ".

Ambos chicos intentaron que se quedaran con ellos, pero ambas dijeron que no.

Ahora el temor por Manuel era grande, Nicolás ciertamente conocía las reglas. Así que dejé a los chicos y seguí camino a casa. Natalia y Andrea comenzaron a hablar sobre la noche entre ellos, y creo que se olvidó de quién conducía.

“Le di a Ramón una mamada esta noche en el baño”, se rió Natalia, “Solo duró tres minutos. Luego trató de tocar mi coño en la pista de baile, pero yo estaba demasiado enojada para hacer algo más que frustrarme ".

"Escuché que Laura fue follada por el jefe de seguridad y uno de los camareros", dijo Andrea.

"Ella solo quiere estar en la lista VIP", respondió Natalia. "De todos modos, ese gorila jodería cualquier cosa con sangre".

"Nicolás no podía levantarse, había tomado mucho ", dijo Andrea, sonando molesta, "le di una paja pero se mantuvo suave, te ...

... imaginas, no se le puso dura su verga. Joder, estoy tan caliente en este momento que podría explotar ".

Ahora sé que mis sobrinas son sexualmente activas, pero nunca las había escuchado hablar así. Era el alcohol el que hablaba, pero aun así me sorprendió un poco.

El silencio del asiento trasero hizo que me mirara en el espejo de nuevo unos minutos más tarde para encontrar a Andrea y Natalia inclinados juntos con los ojos cerrados, la falda levantada y las manos trabajando febrilmente en sus clítoris. “Oh joder, joder, joder” dijeron ambos casi al unísono mientras llegaban al clímax gimiendo de placer.

Me senté en silencio sin saber muy bien en qué dirección mirar. Mis dos sobrinas estaban en mi auto con los dedos atascados en sus coñitos. Mi verga se estaba poniendo dura con lo que estaba pasando.

Paré frente a su casa y apagué el auto. El silencio las devolvió a la realidad y la comprensión de lo que habían dicho y hecho en la parte trasera de mi auto lo comenzaron a asimilar.

Natalia habló primero: "Tío Fer, no quise que vieras lo que hice". Estaba casi llorando. "Debes pensar que soy una especie de puta que oyes hablar del club y me ve así ..." Ella estaba tratando de arreglarse la ropa y verse presentable antes de entrar. Todos sabíamos que Manuel todavía estaría despierto.

“Para nada, nunca te juzgaría a ti o a tu hermana, las quiero a ambas. Ahora creo que soy yo quien se avergüenza, ya que te he visto convertirte en una mujer joven y deslumbrante, ...