Mis sobrinas Andrea y Natalia (3) - Relatos Eróticos

Mis sobrinas Andrea y Natalia (3)

... pero, sinceramente, no esperaba verte así. Son mucho más que mis sobrinas; están cerca de ser mis hijas ".

Esto fue realmente incómodo ya que podría haberme unido a ellos en el asiento trasero y ayudarlos, pero no pensé que Natalia pudiera entender la relación que Andrea y yo habíamos desarrollado. Andrea sonrió y me guiñó un ojo; éramos mucho más que tío y sobrina, pero Natalia no sabía nada de esa parte.

“Natalia, tú y Andrea son hermosas mujeres jóvenes con necesidades y deseos sexuales, pero tal vez mi auto no sea el lugar. Hablen con Ramón y Nicolás, díganle lo que necesitan y ayúdalos a dárselo a ambos. Por otra parte, lo que paso esta noche, es posible que no lo olvide rápidamente, pero tengan la seguridad de que nunca lo comentare ni lo usaré en su contra ".

Entramos a hablar con Manuel unos minutos y nos acostamos.

Mientras me quedaba dormido con las imágenes de mis sobrinas en mente, alguien llamó suavemente a la puerta. Andrea entró y se acostó en mi cama.

"Necesito tu verga en mí, por favor" se rió. Ella ya estaba tratando de quitarse los pantalones.

“Yo también te deseo, pero no cuando estás borracha. No haré eso ” - suspiré.

Ella me besó y trató de sacarme la verga de mis pantalones cortos, pero realmente no pudo hacer que sus manos trabajaran.
"Oh, no me siento tan bien" - gimió. A la luz pude ver que estaba realmente pálida. La recogí y la llevé al baño justo a tiempo. Después de vomitar, ayudé a limpiarla y la metí en la cama, le di un ...

... beso de buenas noches y me fui.

María estaba de pie en el pasillo, con una expresión extraña en su rostro.

"Mierda María, me asustaste como una mierda". Respiraba con dificultad, mi mente se aceleraba porque no estaba segura de cuánto pudo haber visto o escuchado.

“Lo siento, no quise asustarte, escuché los ruidos y vine a comprobar. ¿Está ella bien?"
"Sí, nada, estaba vomitando, algo que un poco más de sueño no arreglará", dije, " Habían tomado mucho cuando las recogí, incluso pensé que los chicos iban a vomitar en mi coche".

"Gracias Fer, duerme un poco" - y volvió a la cama y yo también. Cuando cerré la puerta, vi sus pantalones de pijama en el suelo junto a mi cama. Oh, carajo, ¿los vio María? Me dije a mí mismo. ¿Estaba a punto de derrumbarse todo?

Me desperté en una casa silenciosa alrededor de las 9:30 am, me di una ducha rápida y me dirigí a la cocina para tomar un café. Había una nota sobre la mesa.

“Hola Fer, gracias por cuidar de A & N. Manuel se ha ido a trabajar y estará en casa después de las 3.00 p. M., He llevado a Natalia a trabajar conmigo en el inventario. ¿Puedes despertar a Andrea antes de las 11.00, ya que tiene trabajo a las 12.00 P. M. Un beso, María.” 

Ahora sabía por qué la casa estaba tan silenciosa. Me senté a la mesa con mi café y unas tostadas, pensando en volver a casa, cuando Andrea entró a la cocina. Para ser una chica que se había sentido tan mal anoche, se veía bastante renovada. ¡Es increíble cómo los más jóvenes se ...