1. Pensamientos de lascivia con mi madre


    Fecha: 16/01/2018, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    ... los huevos, algo en lo que se había vuelto experta a sus 10 años. Ignorando lo que mamá me había pedido o víctima de la excitación, ese día por primera vez mi hermanita también comió verga. No se la metí toda, la mitad quizá. 15 minutos en término de tiempo en que invertimos los papeles. Esta vez Lily retorciéndose de placer tragando polla y Beatriz masturbándose junto a nosotros. Fue a Lily a quien le regale 6 u 8 chorros de leche esa tarde entre gemidos de placer de ambas. ¿Nos estará viendo mi madre? – pensé mientras giraba mi cuerpo en busca de alguna mirada intrusa. No había nadie, quizá seguiría en su habitación ya que dijo que dormiría un poco. La tarde pasó sin más, fue hasta la hora de cenar cuando pude ver en la mirada de mamá una luz de complicidad al percatarse que mis ojo se clavaban en sus anchas caderas. Algo que solo ella pareció darse cuenta. – Después que coman recojan los platos y los lavan – dijo como si quisiera desviar la atención al momento. Y en ese entendido fui el primero en salir del comedor y me fui a cualquier parte. A la calle, a la entrada de la casa a ver pasar la gente. Mi mente trataba no imaginar lo que había hecho, pero el recuerdo era tan significativo que mi cerebro me traicionaba y evocaba cada imagen de lo sucedido. La gran vulva de mamá era algo que jamás podría olvidar, sus tetas enormes y de pezon grande. Esas piernas gruesas, su mata de pelos, la mueca de su rostro excitada y deseosa de sexo, su voz pidiéndome que le diera por el ...
    ... culo. Era tan fuera de lo normal lo que vivido ese día que mi verga prácticamente había pasado en estado erecto toda la tarde. A eso de las 9:30 nos fuimos a la cama, mamá dormía con los 2 hermanos más chicos en uno de los “apartamentos” de aquella vecindad a donde habíamos ido a vivir. Mis tres hermanos menores que yo en otro. Papá lo había dispuesto así ya que todos no cabíamos en uno solo. Podía decirse que nos habían proporcionado el medio ideal en donde podíamos vivir nuestro incesto. Desde que nos mudamos cogiamos casi a diario. Y aunque la idea original de nuestros padres había sido que las 2 hembras durmieran juntas, en la práctica casi siempre dormíamos Beatriz y yo en una cama y en un colchón mi hermano de 12 y Lily de 10, cómplices y hechores en nuestros secretos de sexo. No era extraño que mi hermano de 12 y yo hiciéramos un trío con Beatriz o qué fuera Lily quien le mamara el pito. Porque esa morenita de 10 era adicta desde los 8 a mamar polla. Igual se lo chupaba a mi hermano o a mi. – Me gusta mamartela porque la tienes más grande – decía -. No la habíamos penetrado, hasta hoy que le metí media verga. Quizá por ello nomas entramos y se quedó dormida. Igual nuestro hermano, quizá consciente de que no tendría quien se la chupara se durmió rápido. A eso de las 10 ya habíamos iniciado el cachondeo con Beatriz. Ocultos bajo las colchas nos estregábamos uno al otro, era algo que habíamos hecho cientos de veces. Como juego, ya sea ella o yo buscaba toparse lo más que ...