1. Y nos envolvieron en su trama


    Fecha: 06/07/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: templaria 37, Fuente: CuentoRelatos

    ... solo que no esperaba que fuera allí mismo delante de Carlos Alberto y su esposa.
    
    Tardó un poco como que pensando si lo hacía o no, pero cuando apareció en el salón, con la luz del fuego, desee por un segundo que estuviésemos solos. Los corpiños le encantan, y este le quedaba de impresión, Su alto precio merecía la pena. Muy ceñido en la cintura y, como me imaginaba, levantándole los pechos provocativamente; Creo que ella se los subió más de la cuenta porque los pezones amenazaban con salir por el escote y la aureola se empezaba a insinuar. Sus hombros, su cuello con el pelo recogido… “su todo” la hacían increíblemente apetecible, un auténtico bocado al paladar, Más abajo la vista era aún mejor. Esas braguitas discretas, negras y en tanga, Unas piernas larguísimas, con medias negras que parecían salir de un anuncio.
    
    -Guau mujeres, están que quitan el hipo de cualquiera- Carlos Alberto no se cortó un pelo en mirar, la verdad es que nunca lo hacía, Le faltaban ojos para mirarlas a ambas de arriba abajo; Lo cierto es que me sentí un poco molesto, bueno, bastante molesto, de que mirase así a Juliana. Por fortuna el alcohol empezaba a hacer sus efectos y preferí sonreír. Por el contrario y siendo como soy un tipo muy vergonzoso, preferí mirar a su esposa discretamente, aunque a ella parecía que al ver el descaro de Carlos Alberto le agraciaba que la mirara sin importarle lo más mínimo, bueno, a ambas a decir verdad. Se veían deseables y seguro que, como nosotros, ya se ...
    ... fantaseaban una noche de sexo genial en la habitación de cada pareja.
    
    – La verdad las dos se ven estupendas muy hermosas, ambos somos muy afortunados. Seguro que a nosotros no nos quedan los bóxer igual.- Traté de ser lo más correcto posible, pero ya empezaba a retorcerme pensando en esas miradas lascivas a Juliana.
    
    -No seas modesto, están para irnos ya a la cama y sin cenar.- Todos reímos la gracia a Carlos Alberto y ayudó a relajar el ambiente. La cena fue estupenda, una tabla de jamones, mortadela y quesos bañados de aceite de olivo y algo de vino tinto; Ellas ni siquiera se cambiaron, no me cabe duda de que había algo de pique entre ellas. Una por ser mujer de mundo, elegante, independiente y segura de sí misma, y la otra por todo lo contrario, era la belleza evidente contra la discreción más absoluta. Podríamos decir que eran dos formas de ver la vida, y ambas pugnaban por llevarse todas las miradas.
    
    Tras el postre vinieron unas copas llenas gracias a Carlos Alberto que buscaba tenerlas atendidas a mas no poder. Yo empezaba a atolondrarme y Carlos Alberto no dejaba de sacar conversaciones con doble sentido, estaba realmente excitado y las insinuaciones a Yeymy subían de tono cada vez más. En un momento dado ella se levantó. Estábamos todos sentados en la alfombra, alrededor de la mesa. Entonces se puso de pié mostrándonos sus tremendas curvas.
    
    -¿Nos sentamos?
    
    -Si claro, estoy incomodísima con este corpiño, se me corta la respiración- Dijo Juliana. En ese momento ...
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