Boutique “la cariñosa” 2 - Relatos Eróticos

Boutique “la cariñosa” 2

Cuando me fui estaba por demás eufórico. Tantas alabanzas me ponían fenómeno. Ya pensaba lo que sería la próxima. ¡Dos pastillitas no me van a alcanzar, ni el cuore! ¡Me va a reventar! ¡Dios! ¡Con esas dos nenas! 
No esperé llegar al jueves siguiente, no tanto por Yoli, sino por Camila. ¡Me habían quedado las ganas de hacerle el hoyo! Así que el martes, en lugar de ir a la mañana para “atender” a Yoli, elegí la tarde. Le di un pretexto a Yoli, “por cosas de la obra”, y elegí la tarde. Aunque ella lo sospeche, de cualquier manera siempre es la primera. Pasear por su concha y su culo no es cosa de despreciar. Así que ese martes a la tarde, a esos de las cinco, aparecí por la boutique. ¡La dos esperaba ansiosas! ¡Ja! ¡Eso sí que es bueno!
Después de los chupones que intercambiamos con Yoli y un besito en los labios de Cami, Yoli me tomó de la mano y me llevó a la trastienda. No perdió un segundo. Me sacó el cinto y el pantalón, con calzoncillo y todo, los borregos… Mientras lo hacía yo le acariciaba el culo y le metía algún dedito…, uno, dos, tres…
-¡Vamos, mi amor! –Yolanda estaba apurada. – Vamos al sofá.
Se acostó boca arriba… y adiviné su intensión, ¡quería un 69! No lo habíamos hecho a la vista de Cami. ¡Tenía que aprender de su profesora!
Nos matamos en chupadas y besos. Como siempre tenía que aguantar, pues las mamadas de Yoli eran tremendas. Ella no tenía problemas. En cinco minutos se mandó dos soberanas acabadas, con squirt y todo.  El tema es que al estar yo ...

... arriba…, sus jugos recontra humedecieron el culo.
Fui yo quien tomó la iniciativa. Me levanté y me acomodé a entre sus piernas. Se las tomó levantándolas, y se la enterré en el culo mientras me regodeaba viendo la concha y el hoyo, mientras la pija penetraba. Yoli se reía y me miraba a los ojos sacando la lengua, como si me la estuviera lamiendo. 
Mete y saca, mete y saca, ya la tenía bien en el fondo. Le acaricié la concha con especial interés en el clítoris. Su acabada fue inmediata, lo que provocó la mía…
-¡Aaaahhh! ¡Aaaaggg!
-¡Vaaaaa…!
-¡Papito! ¡Qué lindo!
No había pasado demasiado tiempo, desde que comenzamos la cogida. Estábamos muy bien. Ella tres orgasmos, y yo una acabada fenomenal, donde más me gustaba. ¡Ya estaba pensando en el culito de Camila!
-¿Te vestís?
-No ¿para qué? Ya pasó la “primera vez”,
-¡Jajaja! No desperdicías nada…
Yoli fue al baño, se lavó, se peinó, se maquilló, y salió hecha una flor. Me dio su mejor beso y su sonrisa…
-Ahora te la mando.
-¡Dale, prontito!
-¡Calentón!
Efectivamente, escuché que algo le decía a Camila…
Cuando entró yo estaba sentado, del otro lado de la mesa, así que ella me veía solo de la cintura para arriba.
-Vení tesoro. Sentaste acá. - Camila no sabía que era “acá”. – No, en la silla no. Acá, donde estoy yo.
Adivinó mi intención y sonrió. Me separé de la mesa para recibirla. Se colocó de espaldas. 
-Dale, agárrala y metetelá. - Tal cual. No necesitó más indicaciones. Se sentó sobre mí “correctamente”, ¡hasta el ...