El Vecino Ruidoso Cap. I
Fecha: 03/04/2021,
Categorías:
Bisexuales
Tus Relatos
Autor: Cachopo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... momento. Lo que recordaba con claridad era su pecho peludo, como sudaba cuando se follaba a mi vecino de cuclillas, como caían gotas de sudor de su recta nariz, quizás algo grande, pero que le daba un aspecto muy masculino. Me imagine lamiendo esas gotas de sudor, mientras me miraba con aquellos ojos llenos de vicio.
- Cariño, no puedes esperar al postre. – Miré extrañado a mi mujer mordiéndose un dedo intentando ser sexy. Hacía tiempo que no la veía de ese modo, y ya no le salía natural. Yo miré hacia mi polla, dura y con una gran mancha de precum que oscurecía mi pantalón corto.
- Perdona… - Yo estaba ensimismado en mis pensamientos y me costó volver a la realidad más tiempo de lo normal.
- No te hagas el tonto. – Dijo sobando mi rabazo por encima de la tela. – Venga, vamos a la cama.
- No… - Dije bajo.
- ¿Qué? – Se indignó mi mujer. Yo me levanté despacio y cogiéndola del cuello, me acerqué a su oído muy despacio.
- Me la vas a comer aquí… - Me miró sorprendida. Iba a rechistar, pero mi dedo índice en sus labios lo evité. Con la otra mano presioné su hombro mirándola con tal seguridad que sorprendentemente obedeció.
Al bajar el pantalón mi polla dura le golpeó en la mejilla. Hacía tanto que no me la mamaba que debía haber olvidado sus dimensiones. Aquello la puso más cachonda. Nunca lo hubiese imaginado. Aunque habíamos tenido sexo apasionado de novios, siempre fui muy cariñoso con ella. Se puso a mamar el capullo, muy lentamente, ...
... torpemente siendo sincero. Recordé a mi vecino, tragando mi polla entera, teniendo arcadas hasta casi vomitar; y luego miré a mi mujer, que con los ojos cerrados lamiendo mi rabo como si fuera una mojigata.
Después de follar la boca a un tío a lo bestia, a quien le iban a poner cachondo esas memeces. Ahora mismo me resultaba insulso, aunque esa misma mañana hubiese rezado para que mi mujer hiciese eso con mi polla. La vida es muy irónica. Pensé en que haría el policía en esa situación, seguro que no se contentaría con esas lamidas de quinceañera inexperta.
- ¡Chupa con ganas, joder! – Mi voz sonó segura, y mi mujer se quedó quieta mirándome con la boca abierta. Hasta que no le di con mi pollón en la boca, no reaccionó. Por fin empezó a chupar con ganas. Como cuando éramos novios. – Así joder… si al final te gusta.
Ella no contestaba, solo ponía toda su energía en chupar y subir y bajar sus manos por un pollón. A pesar de mis intentos de que tragase más que el capullo. Estos siempre acababan en toses y lágrimas. Al final me aburrí de la mamada y la subí en brazos. Mi mujer se mantenía delgada y la manejaba con facilidad. Y rodeándome el cuerpo con sus piernas, se quedó sentada en mi rabo, llenándole los pantaloncitos del pijama de sus propias babas y mi precum. Me besó y el sabor a mi propia polla me volvió loco, recordándome el pollón peludo del policía. Apoyándola contra la pared para liberar mis manos, le empecé a romper el pantalón.
- Jaime… ¿qué haces? – Dijo ...