Los encantos de Lorena I - Relatos Eróticos

Los encantos de Lorena I

A esta chica la conocí cuando ambos teníamos 30 años, delgada, alta, con un culo paradito, redondito, caderona, piernas largas bien torneadas, una tetas grandes para su talla, muy guapa, cabello negrísimo, ojos grandes, sus labios eran delgados con una muequita en las comisuras que hacían antojable su boca, se llamaba Renata.  Llamó mucho la atención en nuestro entorno, fueron varios los que se acercaron a ella para invitarla a salir con el objetivo principal de llevarla a la cama, algunos de ellos presumieron de haberlo hecho, algún tiempo después ella misma me confirmó algunos de estos casos.

El caso es que yo pensé que no tenía ninguna oportunidad con ella a pesar del trato diario que teníamos, me limitaba a observarla, a admirarla, en ocasiones, por descuido, mostraba más de lo normal, un pezón, su pucha marcada en el pantalón, algún diminuto calzón, la piel que no cubrían las medias, todo lo cual me generaba más y más excitación.  En todo ese tiempo, ¡10 años!, le conocí a tres novios, cada ruptura le costaba lágrimas y depresión y ahí estaba yo para escucharla y alentarla.

Cierta vez, en una fiesta, ambos bebimos más de lo adecuado, así que dejamos los autos en la casa de la amiga de la fiesta y nos fuimos en el auto de un amigo que iba con su novia, el alcohol consumido y la oscuridad hicieron lo suyo, el asiento de atrás sirvió para dar rienda suelta a una pasión que llevaba años reprimida, por fin mis manos pudieron sentir sus pechos, acariciar sus pezones, ...

... besarlos, tocar sus nalgas, sentir los jugos de su concha en mis dedos, ella sacó mi verga del pantalón, la apretujó, jugó con ella y se la metió un instante, parece que al sentirla dentro recovó la lucidez, se desmontó de mi, se arregló la ropa y continuamos sin hablar, guardé mi verga tensa, dispuesta y acepté su silencio.  No hablamos del tema los días, semanas y meses subsecuentes, años después lo comentamos y recreamos la escena.

Fue a los 10 años de conocernos que ocurrió lo que tanto esperaba, ingresó a la oficina Lorena, una chica muy vistosa, descarada, buenísima, siempre con ropa ligera mostrando de más en cada oportunidad, en la primer salida que tuvimos acabamos en la cama, era una chica sin tapujos ni inhibiciones, pero para mi no era nada importante, era el momento y ya. Renata se enteró y hubo un alejamiento, sentía su enojo pero ninguno decía nada.

Ese buen día tuvimos que trabajar hasta tarde, ya sólo quedábamos Renata, el vigilante y yo en la oficina. Cerca de las once de la noche, fui a su oficina para sugerirle que termináramos al día siguiente, faltaban detalles, entre a su oficina, cesó lo que estaba haciendo y de alguna manera llegamos al tema de Lorena, me dijo que era una chica que no me convenía, que en la oficina ya se sabia que salía con alguien más, que era de una moral flexible, etc. etc., todo eso yo ya lo sabía, le dije que para mi no significaba nada permanente, que no era una relación duradera, en fin, me levanté fue hacía ella y le dije ...