Los encantos de Lorena I - Relatos Eróticos

Los encantos de Lorena I

... que hiciera las paces conmigo, que la extrañaba, se levantó, me dio una mano y le pedí que me diera un abrazo, así lo hizo, busqué su boca y la encontré, no se resistió, los besos subieron de tono, bajé a su cuello, mis manos se fueron a sus nalgas, duras, redondas, el zipper de su pantalón se encontraba atrás, al alcance de mis manos y sin pensarlo lo manipulé, lo bajé, metí mis manos dentro, sentir sus nalgas casi desnudas, cubiertas por un pequeño calzón me electrizó, inmediatamente mi verga respondió, quité el broche del pantalón y lo dejé caer, desabotoné su blusa y la dejé caer al piso, se quitó el bra y mis labios fueron directo a sus pezones, mis manos iban de sus nalgas a su pucha, ésta empezó a mojarse, me dijo que me sentara y se sentó a horcajadas encima, tomó mi verga con una mano y la dirigió a su coño, se la metió poco a poco, mis manos se aferraron a sus nalgas, las estrujé, las acaricié, las abrí, puse un dedo en la entrada de su culo y empujé, era la gloria sentir su coño en mi verga y su culo en mis dedos, no tardó en venirse, empapó mis pantalón, recargó su cabeza en mi hombro respirando agitadamente, mi verga seguía dentro de ella sintiendo los apretones de su coño, la levanté y la llevé al escritorio, le ayudé a sentarse en él, abrí sus piernas, coloqué la verga en su coño y empujé desesperadamente, su calor y su humedad me hicieron venir casi al mismo tiempo que ella.

No quería que se terminara, volví a mover logrando que mi verga respondiera, la ...

... hice venir dos veces más, apretaba los labios para no gritar, sentía su abdomen endurecerse, su coño se cerraba alrededor de mi verga y sus jugos escurrían por sus piernas, se recuperó, abrió los ojos, sus pupilas estaban dilatadas, su sonrisa era espectacular, le ayudé a bajarse del escritorio, mi verga estaba al máximo, le di la vuelta, ella entendió perfecto mi intención, se inclinó sobre el escritorio, abrió las piernas, levantó el culo ofreciéndomelo, metí la verga en su coño para lubricarla, la saqué y la coloqué en la entrada de su culo, empujé poquito a poco, disfrutando cada vez más, ella lanzaba unos gemidos cortos, ahogados que me excitaban más y más, la vista desde arriba era espectacular, su culo era perfecto, sus nalgas redondas partidas por mi verga, mis manos en sus caderas, quería retrasar más ese placer así que bajé el ritmo gozando al máximo, la verga entraba toda y la sacaba toda, cuando entraba volvía a escuchar sus gemidos y volvía a empezar, cuando ya no pude soportar arrecié el ritmo y empujé más rápido y más fuerte, aprete sus caderas y empujé por última vez y me vine, más fuerte que la primera vez, lanzó un grito ahogado y apretó el esfínter, aprisionó mi verga, exprimiéndola, cerré los ojos, me abandoné, dejé de escuchar, solo sentí como expulsaba todo lo que quedaba.

Finalmente me expulsó, me separé, la visión que me ofrecía era excitante, inclinada sobre el escritorio con las piernas abiertas, el calzoncito hecho a un lado permitiendo como mis ...