Mi violador me vista en mi casa
Fecha: 05/05/2021,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: brujitx, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Hola queridos lectores, soy Sandra, la Zángana, para quienes me leen por primera vez me presento, soy nacida en Bucaramanga, Colombia, tengo 35 años cumplidos, casada, sin hijos, cabello largo y lacio, tetas medianas y unas nalgas redonditas y paradas que son la sensación para los hombres, ya que cuando voy por la calle parece que me desnudan, los conductores hacen pitar sus vehículos y muchos piropos llegan a mis oídos, unos decentes, otros morbosos y otros groseros.
Hoy le describo lo mejor posible, una historia de mi vida, algo real, omito los nombres para evitar destapar esa olla, esas historias de sexo en mi vida.
Cierto día me encontraba en casa como de costumbre, a eso de las dos y media de la tarde, estaba en la sala de mi casa, reposando del calor fuerte que hace en la ciudad de Bucaramanga, sonó el timbre, asumí que eran personas de un grupo de religión que van de puerta en puerta atrayendo personas a su comunidad, al notar que ese timbre no paraba de sonar, decidí asomarme para ver quién era.
Se trataba de dos hombres, ambos conocidos y reconocidos con anterioridad, uno de ellos era de color moreno, alto, como de 1,90 de estatura, fornido, musculoso, recordé que ese mismo tipo era quien se había metido a mi habitación en el hotel, en la fiesta de despedida del año pasado, llegó vestido con una pantaloneta de colores y una camiseta tipo esqueleto, unas sandalias viejas y raídas, típico de una persona de la costa. El otro era mucho más bajito, considero que ...
... 1,70 estatura, sus ojos color café, piel blanca, contextura mediana, vestía muy de oficina, pantalón de dacrón, zapatos negros de material y camisa de botones.
Vengo a pedirte disculpas, a hacer las paces, explicarte lo sucedido y que seamos buenos amigos, mi compañero viene como garante de mis intenciones, por favor permíteme esta oportunidad, fueron las palabras del negro gigante. Así lo llamaré en adelante, el negro, el flaco, su otro compañero, asintió con la cabeza, dando por sentado las palabras del negro.
Está bien, pasen, pero no tardan, soy una mujer casada y los vecinos empiezan a murmurar, o puede llegar a oídos de mi esposo y no quiero problemas, tranquila mi reina, seremos breves en la visita, los hice sentar en la sala, les pregunté si les preparaba un café, querían agua u otra cosa.
Queremos algo más, de un bolso sacaron dos, six pack de cerveza club Colombia, tomaron una cada uno y me ofrecieron una, no quiero, les dije, es una sola, no pasa nada, la tomas despacio mientras hablamos, por favor guardas las otras en la nevera, acepté y regresé a la sala.
Recuerdo que ese día estaba vestida con una pantaloneta, chanclas y una camisilla de algodón con un dibujo de un gato en su parte delantera, me senté en otra silla y les dije, bueno, ¿a qué vinieron?, no seas tan dura, vengo a pedirte perdón y se tiró de rodillas frete a mí, levántate, que eso no remedia lo que nos hiciste, es verdad, me dijo, estuvo mal, pero aquí estoy, se levantó y sacó del mismo ...