Un beso diferente - Relatos Eróticos

Un beso diferente

... nos comieron con la mirada. Almendra nos propone seguir nuestra charla en la habitación y así partir con nuestro intercambio.
Nos recostamos y cada pareja empezó a besarse y tocarse primero y Eduardo decide cambiar y empezar a interactuar con Almendra mientras yo interactuaba con Alexis, era un tipo genial que sabía tratar a una mujer y como hacerla llegar al éxtasis sexual. Almendra gemía muy desenfrenadamente y saber que Eduardo la hacía sentir así me provocaba una sensación muy rica que lograba que me humedeciera mucho más aún.
Ellos nos proponen vendar nuestros ojos y debíamos reconocer quien nos tocaba y el juego empezó. Yo sabía que era Alexis el que me manoseaba ya que conocía la manera de tocar de Eduardo y obviamente mi cuerpo sentía una sensación diferente al punto que llegue a tener un orgasmo ya que no solo era tocar si no también se podía hacer sexo oral, lo que no habría era penetración. Mientras Alexis me manoseaba y me hacía sexo oral sentí unas manos que tocaban mis senos de una manera muy suave y diferente y creo que también fue lo que me llevo al clímax y acabar muy rico. En mi mente sabía que no era Eduardo y que debía negarme, pero no pude, lo que sentía en esos momentos era algo diferente y especial y solo me dejé llevar.
Después de unas horas ambos hombres acabaron y mi cuerpo sentía la sensación que algo más faltaba.
Es ahí que Almendra me dice, ¿te dejarías vendar tus ojos y solo dejarte llevar? La mire, no dije nada, solo tome la venda y tapé ...

... mis ojos, reconozco que tiritaba de nervios y de ansias en saber que sentiría. Sabia hacia donde apuntaba su propuesta y no niego que me podía haber opuesto a su propuesta, pero no fui capaz, quería saber que sentiría cuando una mujer me tocara. ¿Será como dice Eduardo que no hay diferencia entre las tocaciones de un hombre con una mujer? Era lo que se me venía a la mente.
Me recosté y sentí un soplido en mis pezones que los hizo endurecer y como sus manos iban recorriendo mi cuerpo y como con su lengua bajaba cada vez más hacia mi vagina, en esos momentos mi temblor era muy notorio y escucho que Almendra me susurra al oído y me dice, tranquila, déjate llevar solamente, y siguió lamiendo y tocando mi cuerpo, mientras tocaba mis senos y besaba mis senos, soplaba y lamia  mi ombligo mis piernas mi cuerpo completo. Era una sensación tan exquisita que me tenía cada vez más caliente, mis manos estaban hacia la muralla, no quería tocarla, pero no pude evitarlo y empecé a tocar sus senos y ella los acerco a mi boca y empecé a besarlos y a lamerlos, mientras ella besaba mi cuello y mis orejas y eso me excitaba mucho más. Su mano se posa en mi vagina y no pude evitar abrir mis piernas para dejar que sus dedos entraran. Ella baja y empieza a hacerme sexo oral, fue algo nunca esperado ni sentido, sabia como lamerme y tocarme, fue como que yo tocara mi cuerpo. Logre acabar dos veces solamente con su sexo oral y mi cuerpo seguía pidiendo más, ya no importaban mis prejuicios y mi crianza, ...