Pregunta Comprometida - Relatos Eróticos

Pregunta Comprometida

... la sintiera. 
-Pero lo sé. A tu segunda palabra, la primera vez que me hablaste, me di cuenta que estabas muy lejos de mi…, y lo lamenté mucho, mucho… Y aquí lo  comprobé…, y te dedicas al arte.
-¿Cómo lo sabés?
-Por tus libros… 
-¡¿Y mientras hacíamos el amor te dedicabas a ver las cubiertas de los libros?!
-No… para nada, no cuando… hacíamos el amor… Fue cuando me contabas… de tu primera vez con tu novia. Y tengo razón ¿no?
-Algo… y  por eso… mi interés y conocimiento en el arte…, es porque te considero la más hermosa mujer que conozco ¿vez? De arte conozco…
-¡Cómo me enroscás la víbora!
-Ceeme… ¡te quiero!
-Siii… yo también. Pero no puede ser… Fuiste muy feliz con tu amor tantos años… - Laura me seguía besando… -
Tengo miedo, mucho miedo, que yo no pueda ser igual…
-¿Qué tiene que ver? Te quiero a mi lado toda la vida.
-No sabés nada de mi…
-No me importa. Si no lo creyera no hubiera dejado que vengas a mi casa. Necesito ver tus ojos y ver tu sonrisa. Todo lo demás está de más. Sos para mí. Estás hecha para mí…, ahora…, por lo menos…
Seguíamos ensartados en el sofá.
-¿Puedo hacerte una pregunta indiscreta?
-Vos siempre con las indiscreciones. ¡Jajaja!
-Bueno…, cuestión de comodidad… ¿Podemos ir a la cama?
-Esta sí que es pregunta justa. – Y se levantó.
-Me pasa como a Noelia… ¡chorreo toda!
-¡Jajaja!
-Voy al baño a limpiarme…
-No te limpiés demasiado. ¡Me gusta tu juguito!
-¡Jajaja!
Me levanté y fui hacia la cama. Me tiré de espalda y me estaba ...

... haciendo una buena paja cuando volvió Laura.
-Eso sí que está bueno. ¿Tomaste la pildorita?
-Y… si. No tengo treinta años…
-Ahhh, estabas preparado, picarón…
-¡Y vos también! ¿Acaso no viniste con un vestidito aéreo y sin corpiño? 
Pensé se montaría al instante, pero no fue así. Se arrodilló entre mis piernas y tomó suavemente la pija entre sus manos, lamiendo el glande. Me besó y pasó la lengua varias veces. Tomó con sus labios la cabeza y fue chupando despacito.
-¡Qué rica es! ¡Te la chuparía toda la noche!
-¡Jajaja! No podrías. Te dolerían las mandíbulas…, y yo luego de la tercera eyaculación quedaría muerto.
-¿No querés qué me quede?
-¡SIIII! ¡Ya mismo! 
Seguí igualmente acostado. Laura acariciaba con sus labios, su  lengua y sus manos…
-¿Puedo hacerte otra pregunta indiscreta? – Sonriendo levantó su cabeza.
-¿Otra?
-¡Jajaja! Decime, sin prejuicios, ¿sos judío?
-No. ¿Por qué? ¿Sos racista?
-No… no… es que… no tenés prepucio…
-¡Jajaja! Me operaron de fimosis cuando era adolescente.
-¿Y por qué? ¿Cómo lo sabías?
-Bueno… me molestaba…
-¿Cuándo te masturbabas?
-Si…, pero también cuando se la metía a alguna amiguita. Me tiraba. Dolía y molestaba. Bueno, en la revisación, antes de entrar al secundario, le dije al médico lo que pasaba. Me revisó el pito…, y me dijo que le dijera a mi papá para que me llevara a un urólogo. Y me operaron. No más problema. ¿Te gusta más con prepucio?
-No… Sólo me llamó la atención. Solamente conocí a judíos que la tenían así, por ...