Pregunta Comprometida - Relatos Eróticos

Pregunta Comprometida

... sacar a relucir su lado femenino.
-Si…, creí lo mismo. ¡Hay tipos locos!
-A mí me dijeron varias veces que tengo un lindo culito…
-Seguro que si… ¡jajaja! ¿Y te molestó?
-Para nada. ¡Me encantó! Bueno…, no quiero ser indiscreto… - Dudaba un poco por lo que iba a decir. – Creo que ocurrió varias veces estando en… una situación similar… a la tuya…
-¡Jajaja! Claro… - Me encantó que le causara gracia.
Desde ese momento la confidencialidad se hizo más aguda. En ningún momento me dio indicios de que le gustaban las mujeres. Había tenido unos cuantos amantes. Incluso convivió con varios…, aunque nunca se casó. No había encontrado quien le gustara realmente. Yo ya soñaba… ¿sería el tipo que SÍ le gustara? ¡Tanta confianza con un tipo al que recién conocía! Como soy desconfiado por naturaleza, no quería avanzar demasiado. Al fin de cuentas yo no la conocía. ¿Cómo sería íntimamente? ¿No estaría haciendo trampa? Podría suponer que yo era un viudo que buscaba compañía… ¡pero esa compañía se podría volver peligrosa! Eso pensaba, aunque ella no me daba ningún indicio de que fuera así. Además su sonrisa picarona, sobre todo cuando tocábamos algunos temas “indiscretos” me alentaba.
-¿Y vos? ¿Cuántas novias tuviste?
-Yo… estuve junto a mi esposa 29 años…, hasta que falleció.
-¡Hey! ¡Fuiste muy fiel!
-Si…, en lo posible…
-¡Ja! ¡Tuviste algunas travesuras!
-Y… si… algunas… Pero la verdad es que teníamos relaciones desde que yo tenía 15…
-¿Y ella?
-Bueno…, le llevaba cuatro ...

... años…
-¡Hey! ¡Qué infantilista!
-Justamente…, pero todo fue casualidad… Pero estas cosas…, bueno…, ahora no me enorgullecen… Pero todo fue casual. No la busqué en ningún momento, aunque era muy hermosa. Tanto que cuando falleció parecía que yo le llevara quince, no cuatro…
-Pero… ¿relaciones desde tan chiquitos?
-Y…, si…, pero pura casualidad…
-¿Si? Dale… ¡Jajaja! ¡La enganchaste por ser “un grandote”! – Laura me encandilaba con su sonrisa. – ¡Cuándo yo era adolescente también me gustaban los grandotes!
La conversación se interrumpió por la llegada de un cliente.
-Mañana la seguimos – Me dijo. Parecía que lo lamentaba.
-Claro. – Y me fui. ¡Yo sí lo lamenté!
 	Cuando regresé, al día siguiente, no tenía intención de sacar la conversación. Pero ella estaba intrigada, o interesada, o simplemente quería darme charla y había encontrado que ese era un tema que me hacía hablar.
-¿Y? Contame.
-¿Qué?
-Si… ¿Cómo fue que la conociste “casualmente”?
-¡Jajaja! ¡Qué curiosa!
-Dale…, me interesa saber porque nunca conocí a nadie que estuviera tanto tiempo junto a un solo amor.
Porque… ¿la amabas, verdad?
-Muchísimo. Aunque…, como te darás cuenta no eran los mismos sentimientos cuando tenía 21 y resolvimos vivir juntos… - Me hubiera gustado decirle todo, pero quería que su interés se “desbordara” hacia algo más interesante. - Tal vez en algún momento te cuente con más detalles, pero no aquí, parado en la vereda…
-Bueeee… sos picarón…
-¡Jajaja! A veces hay que ser discreto…, o ...