MI AMIGA CINTIA SE ANIMA A CONTAR SUS GUSTOS - Relatos Eróticos

MI AMIGA CINTIA SE ANIMA A CONTAR SUS GUSTOS

Mi nombre es Cintia, este es mi primer relato sobre mi vida sexual. ¿Qué me caracteriza? Que me encantan los veteranos. Tuve mi despertar sexual tarde, a mi criterio, comparado con mis amigas. Recién a los 17 prácticamente saliendo de la secundaria me desvirgó un comerciante amigo de mi padre. Creo que empecé tarde justamente porque al vivir en una comunidad chica, no me animaba a mostrarme con gente mucho mayor que yo. Y por eso en la universidad pude darle rienda suelta a mi vida sexual, llevando a mi cama a muchos vegetes que se morían por estar conmigo. Tengo un cuerpo privilegiado, mido 1,60 y una cintura de avispa que marcan mas mis grandes tetas y mi culo respingón que parecía un cometa. Mi piel clara y cabello rubio lacio completan el combo junto a mis labios carnosos.
Volvía a mi pueblo natal, ahora como ing. agrónoma para trabajar en la finca de mi padre que contaba con cerca de 3000 ha. entre olivos, viñedos, nogales, etc. Hice mi carrera en los 6 años que demanda, siempre fui buen estudiante, así que a mis 24 años ya estaba con mi primer trabajo.
Como mi padre ya tenía su ing. de hace muchos años, que estaba pronto a jubilarse y por eso es que me tomaba como para ir ganando experiencia, que en parte ya la tenía porque siempre estuve ligada a las tareas de las fincas, es que también estaba asesorando a una finca vecina que estaba recién en su etapa inicial. Me tocaba viajar mucho buscando insumos y tenía mucho contacto directo con los peones que ya me conocían ...

... por ser ellos también de la zona.
En toda la zona era muy conocida por mi buen cuerpo, no es una zona muy grande así que chicas como yo, delgadas, de curvas bien marcadas no pasaban desapercibidas. Pero también me conocían mucho por mi buen carácter, carisma y ser de charlar y bromear mucho con la gente.
En esta finca nueva llegó un peón que era un pan de dios. Tímido, respetuoso, atento en su trabajo y hasta le gustaba leer, todo esto no encajaba en su gran cuerpo y por ser hombre que vino desde el monte a buscar trabajo, tenía como 40 años o tal vez más, su apariencia decía eso.
Notaba que hasta el capataz se abusaba de él dejándole todo lo más bruto para él; por eso lo recompensaba y cuando tenía que ir a buscar insumos lo llevaba conmigo como acompañante. Estaba buena su compañía porque también era curioso y no le gustaba quedarse con las dudas y te preguntaba de todo con respecto al trabajo e incluso cuando no entendía algo que leyó. Incluso yo le caía muy bien porque lo bromeaba, pero con respeto cuando estábamos trabajando frente a los otros empleados, o los terminaba ridiculizando a los otros cuando lo querían basurear un poco. Esa confianza, de más de 3 meses por trabajar juntos, dio pie a que se abriera conmigo y me empezara a contar cosas de él solo cuando yo se lo preguntaba.
Había escuchado en el almuerzo que sus compañeros le hacían burla porque se gastó todo el sueldo en un cabaret que esta como a 100 km. y donde los muchachos suelen ir los fines de semana. ...