1. SR,VILLANUEVA


    Fecha: 23/01/2018, Categorías: Incesto Autor: XCITANTDLC, Fuente: SexoSinTabues

    ... labios lentamente, sus manos recorrían mis caderas, mis muslos, mis nalgas. Dejé de resistirme, ese hombre sabía lo que hacía, comencé a responder a sus caricias, ya no era el mismo hombre gris y envejecido de hacía unos minutos, el brillo de sus ojos, la humedad de su boca, su lengua, su respiración, todo provocó un cambio notable en él. No decía nada, sólo acariciaba todo mi cuerpo, embelesado. Yo me había entregado al placer de sentirlo, cerré mis ojos intensificando mis otros sentidos. He soñado con esto desde que estás trabajando aquí Valery, levantó mi falda, se retiró unos centímetros para observarme de lejos, ese día yo llevaba una tanga blanca con portaligas. Comenzó a desvestirme, seguía en silencio, la falda cayó al piso, detrás la chaqueta y la blusa. Déjame verte, date vuelta, muéstrame ese culo hermoso que insinúas con cada ropa que te pones. Giré y volví a mirarlo, estaba despeinado, la cara enrojecida, los labios húmedos, la respiración agitada. Me acerqué, tiré del nudo de la corbata para desatarlo, desabroché la camisa pero no se la saqué, bajé las manos, sentí la erección de su verga, aflojé el cinturón, bajé la cremallera de su pantalón. Metí mis manos y lo acaricié. Seguí besando su cuello mientras mis manos se apoderaban de su verga, lamí su pecho, mordí sus pezones. Sigue Valery, no pares, apretándome más contra su cuerpo. Tomé la corbata que había ido a parar a su escritorio, até sus manos por detrás de su cuerpo. No se resistió, creo que presentía ...
    ... que eso lo haría gozar muchísimo. Separé sus piernas y me arrodillé frente a él. Ahora vas a saber lo que es una mamada señor, lamí su entrepierna, sus huevos, su ano. Él gemía, tensionaba sus piernas, apoyado en el escritorio dejaba todo su sexo a disposición de mi boca. Deseaba esa verga, la metí de golpe en mi boca, gritó de placer, yo seguí chupando. La sacaba de mi boca lentamente, y volvía a meterla hasta que alcanzaba mi garganta, una y otra vez. Daba pequeños mordisquitos al glande, jugaba con mi lengua alrededor y volvía a chupar. ¡Acabo! Gritó; quiero que te tragues toda mi leche. Parecía que no terminaba, seguía brotando leche, salpicó mis pechos, mi cuello, mi boca se llenó. Tragué, lamí, saboreé. Eres magnífica, la mejor mamada de mi vida, desátame, déjame hacerte gozar. Una vez libres sus manos, vino hacia mí, quería comprobar si estaba mojada. Creo que se sorprendió al ver que mis jugos ya bajaban por mi entrepierna alcanzando mis muslos. Tomó la tijera de su escritorio, cortó mi tanga a los costados. Hundió sus manos en mi sexo. Sus dedos jugaban con mis labios vaginales, empapó su mano con mis jugos y recorrió desde el ano al clítoris una y otra vez. Subió su mano hasta meter sus dedos en mi boca, olía a hembra, los chupé deleitándome con mi propio sabor. Me sentó sobre el escritorio, hizo que apoyara los talones sobre el borde, mi concha estaba ahí, a su disposición. Su lengua me dio placer, alternaba entre mi concha y mi culo, me penetraba con ella y con los ...
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