1. EL ASALTO


    Fecha: 13/07/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Aquiles, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... ir al baño-
    
    -Huy, eso sí que está malo. En realidad debo reconocer que a mi también me gustaría también ir al baño-
    
    -Bueno. Veamos- dijo Mimi -yo también siento que mis manos se aflojaron un poco-
    
    -Voy a ver si puedo mover las piernas- dije empujando y moviéndolas. Antes me había enderezado en la silla, por lo que, con la intensión de ver si podía soltarme, me deslicé hacia adelante otra vez… y, efectivamente, las amarras de las piernas cedieron un poco. Pero el güevo, que se me había puesto duro otra vez, se deslizó por la vulva de Mimi que seguía mojada y se instaló entre los dos, tal como había estado al principio.
    
    -Mmmm- gimió Mimi -pensé que nos íbamos a dedicar a soltarnos…-
    
    -Perdona. Eso era lo que estaba intentando-
    
    -¡Oh! Está bien… me encantan esos intentos- respondió girando las caderas haciendo que el güevo le acariciara el clítoris otra vez.
    
    Entonces moví los pies hacia atrás, lo que resultó en una torsión contra las cintas que me tenían las piernas atadas a las patas de la silla y… “riiip” se rompió la primera. Seguí apretando con la otra y también se rompió.
    
    -¡Tengo las piernas libres!- grité alegre mientras las agitaba.
    
    -¡Muy bien!- respondió Mimi con la voz un poco temblorosa. Los largos besos que nos habíamos dado antes la habían vuelto a excitar y ahora el agitar de mis piernas la hacía restregar las tetas contra mi pecho, lo que rozaba los pezones y ni que decir el roce del güevo contra su clítoris 
    
    -¿Y qué hacemos ...
    ... ahora?- preguntó, indecisa entre seguir intentando liberarse o hacer el amor de nuevo.
    
    -Voy a intentar hacer lo mismo con las manos detrás de ti- dije sin fijarme en su evidente estado de excitación.
    
    -¿Intentar quee?- preguntó con voz ronca.
    
    -Soltar las manos, espera- respondí.
    
    Entonces me incliné hacia ella y empecé a retorcer mis manos, girando los brazos en direcciones opuestas. La cinta empezó a cortarme o por lo menos eso creí, pero sentía como se iba aflojando poco a poco. El dolor se iba haciendo más y más grande, pero estaba decidido y seguí haciendo presión.
    
    Por su parte, Mimi estaba en su mundo, disfrutando con el hecho de que la abrazaba cada vez con más fuerza al tiempo que mi cuerpo temblaba con el esfuerzo y el dolor, pero que ella interpretaba como excitación.
    
    Finalmente… “riiip” se rompió la unión entre mis brazos.
    
    -AAAAYYYY- grité del dolor y de la alegría, separando de pronto los brazos.
    
    -AAAAYYY- gritó Mimi al quedar súbitamente sin apoyo con lo que casi se cae de espalda, dándome apenas tiempo de agarrarla.
    
    La consecuencia inadvertida del movimiento repentino fue que el güevo se volvió e introducir profundamente dentro de su cuerpo.
    
    -¡Estamos sueltos, estamos sueltos!- grité agitando los brazos, sin dejar de sujetarla.
    
    -¡Siiii!- respondió ella quizás con un tono de desilusión en la voz.
    
    -Voy a soltarte, sujétate. Me duelen mucho los brazos- le dije.
    
    -Ok- respondió reaccionando a la palabra dolor -déjame ver qué te ...
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