primera vez con un muchacho - Relatos Eróticos

primera vez con un muchacho

... me di cuenta que se me empezó a parar de la excitación, y cambié de idea. Me acerqué a él y le pregunté si la estaba pasando bien. Me miró, se puso blanco del miedo e intentó escaparse, pero yo le dije que la policía tardaría menos de 5 minutos en venir y atraparlo, y si es que el padre no le rompió todos los huesos antes, ellos lo iban a hacer. Me suplicó que no lo hiciera y lo calmé y le dije que me diera el celular, que quería ver las fotos que sacó, para borrar todas en las que se ve la cara de mi esposa. Que no me molestaba que tuviera fotos de mi mujer desnuda, siempre que no se le vea la cara. Se quedó atónito con lo que le dije y me dio su celular sin protestar. Lo invité, para su sorpresa, a entrar a tomar algo y conversar.

 

 Por supuesto que la sorpresa grande se la llevó mi mujer, desnuda en el agua, cuando entré con el muchacho. Se cubrió con una toalla que apenas la tapaba y preguntó que pasaba. Le conté todo y ella le preguntó la edad al muchacho, y él respondio 18 recién cumplidos (no sabemos si es cierto, porque parecía menos...).
Patricia no se enojó (no me lo dijo, pero me di cuenta que también se excitó...), y le preguntó:


- Cómo es que un chico joven como vos espíe a una "vieja fea" como yo?


El joven respondió lo que cualquier mujer desearía escuchar:
- Es que a mi me gustan las mujeres maduras, y nunca vi una tan buena como usted...


Con esa frase se compró a mi esposa... dijo lo que cualquier mujer mayor quisiera escuchar.


- ...

... Estuviste con muchas mujeres mayores?  (preguntó Patricia)
- No... nunca estuve con ninguna mujer. Mis padres son mayores, y reantiguos, me mandaron a estudiar a un colegio religioso, y nunca me dejaron salir...
- Wow! O sea que sos virgen?
- Sí... (dijo avergonzado)
Y ahí mi esposa (sin reconocérmelo, como siempre) se empezó a excitar aún más... y siguió con el juego.


- O sea que nunca viste un par de tetas de cerca?
- No
- Y te gustaría ver las mías?
- Seguro!


Mi mujer me miró a mi para ver si yo me oponía, aunque ya sabía que a mi me súper excitaba toda esa situación, y yo por supuesto le guiñé un ojo con una sonrisa, y le dije por lo bajo: - tenés mi consentimiento para hacer lo que te venga...


Inmediatamente, lo miró al muchacho y le sonrió, al tiempo que despacito se bajó la toalla y le quedaron las tetas descubiertas.
Al joven se le salían los ojos de las órbitas. Tenía las tetas de mi mujer a escasos 20 centímetros de su cara. Podía oler el perfume de la espuma de baño de Patricia, todavía húmeda por el baño que había tomado (y empezaba a estar "húmeda" por la calentura que le daba todo esto).


El muchacho mirándome a mí preguntó:
- Las puedo tocar un poquito?
- Sí, pero con suavidad... le contestó mi esposa.
Ni lerdo ni perezoso, Mario (así se llamaba el muchacho) le empezó a acariciar suavemente las tetas a Patricia, y lo hacía bien, se detuvo en los pezones que ya estaban bien parados y los masajeó en forma circular de manera que mi ...